El Papa expresó el proprio «gran dolor» por los muertos y heridos en la Franja de Gaza, durante las protestas por la inauguración de la embajada estadounidense en Jerusalén, insistió en que «no es nunca el uso de la violencia lo que lleva a la paz» e hizo un llamado a «renovar el compromiso para que prevalezcan el diálogo, la justicia y la paz». Durante la Audiencia general de este miércoles 16 de mayo de 2018, en la Plaza San Pedro, Francisco concluyó su ciclo de catequesis dedicado al Bautismo. El Papa recordó, suspirando, las dos Guerras Mundiales: «No aprendemos nunca» y también dirigió a los «hermanos islámicos» sus felicitaciones por el inicio del mes de Ramadán, que comienza mañana, tiempo propicio, dijo, para caminar «por la vía de Dios que es la vía de la paz».
«Estoy muy preocupado y dolorido por el agudizarse de las tensiones en la Tierra Santa y en el Medio Oriente, y por la espiral de violencia que aleja cada vez más de la vía de la paz, del diálogo y de las negociaciones», dijo el Papa al final de su catequesis. «Expreso mi gran dolor por los muertos y heridos, y manifiesto mi cercanía con la oración y el afecto a todos los que sufren. Insisto en que no es nunca el uso de la violencia lo que lleva a la paz. Guerra llama guerra, violencia llama violencia. Invito a todas las partes en causa y a la comunidad internacional a renovar el compromiso para que prevalezcan el diálogo, la justicia y la paz- Invoquemos a María, Reina de la paz», dijo Francisco antes de invitar a los fieles presentes a recitar con él el Ave María. «Que Dios tenga piedad de nosotros», añadió. Hasta ahora han perdido la vida 61 palestinos en ataques del ejército israelí.
El Papa habló sobre la paz cuando saludó a los ex-combatientes polacos de la Segunda Guerra Mundial, que se encuentran en Roma conmemorando la batalla de Monte Cassino: «Qué tristeza recordar las guerras, en el siglo pasado hubo dos grandes, y ahora… no aprendemos nunca: ¡que Dios nos ayude!», exclamó. También insistió, dirigiéndose a los polacos: «que la tragedia de la guerra que ustedes vivieron, la fuerza de espíritu, la fidelidad a los ideales y el testimonio de vida se conviertan en un llamado para el cese de los conflictos en curso en el mundo y para la búsqueda de vías de paz».
Al final de la audiencia, el Papa también dirigió «a los hermanos islámicos» sus felicitaciones cordiales «por el mes de Ramadán que comenzará mañana. Que este tiempo privilegiado de oración y de ayuno –dijo– ayude a caminar por la vía de Dios, que es la vía de la paz».