“Les dijeron que si no saben leerles en la palabra musulmana, lo que sea, tienen que echarse”, relató a CNN y agregó que ofrecieron liberar a los que demostraran ser parte del Islam. La joven dijo que no sabe qué pasó con sus compañeras pero los terroristas disparaban por todos lados. “No quería abrir mis ojos”, recordó. Durante los dos siguientes días siguió escondida y para hidratarse bebía loción para el cuerpo. Cuando llegó la policía ella no quiso salir, pues no sabía si eran oficiales o terroristas. Salió a las 10:00 a.m. del sábado cuando apareció en el dormitorio uno de sus profesores.
“Estaba orando a mi Dios”, dijo luego a la prensa internacional. El testimonio de Cynthia se suma al de otros jóvenes cristianos y musulmanes que lograron salvarse de la masacre, una de las peores cometidas por Al Shabab como represalia a la presencia de tropas keniatas en Somalia, país donde el grupo terrorista quiere imponer la ley islámica. Por su parte, la Fuerza Aérea de Kenia bombardeó dos bases de Al Shabab en el sur de Somalia en respuesta a la ataque contra la Universidad de Garissa.
Anteriores ataques de Al Shabab
Este grupo terrorista ha cometido numerosos asesinatos en Kenia. Uno de los más recientes ocurrió el 2 de diciembre de 2014, cuando mataron a 36 cristianos que trabajaban para una minera, decapitando a cuatro de ellos. Asimismo, el 21 de septiembre de 2013 miembros de este grupo terrorista atacaron el exclusivo centro comercial Nakumatt Westgate en Kenia, disparando indiscriminadamente contra los civiles y tomando rehenes. Murieron 61 civiles, seis soldados y cinco de los atacantes. Sin embargo, el más sangriento fue el atentado de 1998 contra la embajada de Estados Unidos en Nairobi, que dejó 213 muertos.