De esta manera se integran las cuatro rutas de la zona norte española: El camino primitivo que comienza en Oviedo, el costero que tiene 936 kilómetros de longitud, el vasco-riojano que comienza en Irún y el de Liébana. La parte del Camino que atraviesa Francia ya formaba poseía esta categoría desde 1993.
La Unesco ha subrayado que este bien cultural cuenta también con algunas de las rutas primigenias de peregrinación a Santiago de Compostela, creadas después de que en el siglo IX se descubriera en esta ciudad el sepulcro que encierra los restos mortales del apóstol Santiago el Mayor.
También se considera que ha sido una de las vías más importantes en el continente europeo tanto en lo comercial como en la difusión de conocimiento desde hace once siglos.
El ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, expresó la gran satisfacción que supone este reconocimiento de la Unesco, ya que “se fundamenta en el esfuerzo conjunto y la cooperación realizada por cinco Comunidades Autónomas: La Rioja, Cantabria, País Vasco, Asturias y Galicia- y el Estado, a través del Ministerio”.
Además de su importancia espiritual, el Camino de Santiago tiene, según precisó el ministro de cultura, “un patrimonio histórico de primer orden, un paisaje natural excepcional y un patrimonio inmaterial del que destaca la narrativa oral que entretenía y entretiene el caminar de los peregrinos a Santiago. Es un lugar de encuentro que ha favorecido un continuo diálogo cultural entre las personas que lo recorren y los pueblos que atraviesa”.
España, con 45 en total, es el tercer país con más bienes inscritos en la Lista de Patrimonio Mundial.
El Patrimonio Mundial de la Unesco reconoce bienes culturales y naturales que poseen un valor universal excepcional desde el punto de vista de la historia, el arte, la ciencia.