En su reporte, indicaron que se trata de cristianos armenios, siriacos y caldeos, que están a la espera que se responde a sus solicitudes de asilo en Estados Unidos, Canadá y Austria. De no ser recibidos, podrían permanecer en Turquía hasta el 2023.
El Gatestone Institute reveló el caso de Anonis Alis Salciyan, una armenia que huyó de Irak en 2014 y ahora vive en la ciudad de Yozgat. “En público hacemos como que somos musulmanes. Gracias a la ayuda de nuestros familiares en Europa es que podemos seguir adelante. Nuestros hijos no hablan el idioma y no pueden ir a la escuela”, indicó.
Dijo que estar actualmente en Turquía es como un retorno, pues su familia fue deportada durante el genocidio armenio de 1915.
Por su parte, los también cristianos Anche Linda y Vahan Markaryan relataron que escaparon de Irak el año pasado después de que su casa fue atacada por el Estado Islámico (ISIS). “Mi hija, Nusik, de siete años, ha dejado de hablar desde el día del ataque y desde entonces no ha dicho una palabra”. “Debemos rezar en casa. No es seguro” hacerlo en público, indicó.
Asimismo, lamentaron que sean discriminados a la hora de conseguir un trabajo. “Solo hay trabajos temporales en las obras de construcción. Los obreros turcos ganan 100 libras al día, pero nosotros, por hacer lo mismo, recibimos solo 25. No tenemos derechos”, denunció Vahan.