OLONIA, 19 Ago. 05 (ACI).- En un discurso pronunciado este viernes en la sinagoga de Colonia, el Papa Benedicto XVI confirmó su "intención de continuar el camino hacia una mejora de las relaciones y de la amistad con el pueblo hebreo, en el que el Papa Juan Pablo II ha dado pasos decisivos?.
?Nuestro rico patrimonio común y nuestra relación fraterna inspirada en una confianza creciente, nos obligan a dar conjuntamente un testimonio todavía más concorde y colaborar así en la defensa de la vida y la familia?, aseguró el Papa durante la segunda ocasión que un Papa entra en un templo judío tras la histórica visita de Juan Pablo II a la sinagoga de Roma en 1986.
Después de ser acogido por el rabino jefe, Netanel Teitalbaum, y otros líderes judíos de Alemania, el Pontífice recordó que ?este año se celebra el 60º aniversario de la liberación de los campos de concentración nazis, en los que millones de judíos ?hombres, mujeres y niños? fueron llevados a la muerte en las cámaras de gas e incinerados en los hornos crematorios. Hago mías las palabras escritas por mi venerado Predecesor con ocasión del 60º aniversario de la liberación de Auschwitz y digo también: ´Me inclino ante todos los que experimentaron aquella manifestación del mysterium iniquitatis´. Los acontecimientos terribles de entonces han de 'despertar incesantemente las conciencias, extinguir los conflictos y exhortar a la paz´?.
Seguidamente, Benedicto XVI trajo a colación el 40º aniversario de la declaración Nostra Aetate, del Concilio Vaticano II, ?que ha abierto nuevas perspectivas en las relaciones judeocristianas en un clima de diálogo y solidaridad". Esta Declaración, dijo el Papa, "recuerda nuestras raíces comunes y el rico patrimonio espiritual que comparten judíos y cristianos? porque ambos ?reconocen en Abraham a su padre común en la fe?, y se refieren a las ?enseñanzas de Moisés y los profetas?. ?La espiritualidad de los judíos, al igual que los cristianos, se alimenta de los Salmos. Con el apóstol Pablo, los cristianos están convencidos que ´los dones y la vocación de Dios son irrevocables´?, agregó el Santo Padre.
?Teniendo en cuenta la raíz judía del cristianismo ?prosiguió Benedicto XVI? mi venerado Predecesor, confirmando un juicio de los Obispos alemanes, dijo ´Quien encuentra a Jesucristo encuentra al hebraísmo´?.
?Ante Dios, todos los hombres tienen la misma dignidad, a cualquier pueblo, cultura o religión que pertenezcan. Por esta razón la Declaración Nostra Aetate también habla con gran consideración de los musulmanes, y de los pertenecientes a otras religiones. Fundándose en la dignidad humana común a todos, la Iglesia católica ´reprueba, como ajena al espíritu de Cristo, cualquier discriminación o vejación por motivos de raza o color, de condición o religión´?, continuó el Papa.
Más adelante, el Santo Padre señaló que la ?Iglesia es consciente del deber que tiene de trasmitir, tanto en la catequesis como en cada aspecto de su vida, esta doctrina a las nuevas generaciones que no han visto los terribles acontecimientos ocurridos antes y durante la Segunda Guerra Mundial. Es una tarea especialmente importante porque, desafortunadamente, hoy resurgen nuevos signos de antisemitismo y aparecen diversas formas de hostilidad generalizada hacia los extranjeros. ¿Cómo no ver en eso un motivo de preocupación y cautela? La Iglesia Católica se compromete ?lo reafirmo también esta ocasión? en favor de la tolerancia, el respeto, la amistad y la paz entre todos los pueblos, las culturas y las religiones?.
En otro momento, el Santo Padre resaltó las buenas relaciones entre la Iglesia Católica y el judaismo, poniendo por ejemplo ?las diversas declaraciones de la Conferencia Episcopal alemana y la actividad benéfica de la Sociedad para la colaboración cristiano-judía de Colonia, que ha contribuido a que la comunidad judía, a partir del año 1945, pudiera sentirse nuevamente 'en su casa' en Colonia y se estableciera una buena convivencia con las comunidades cristianas". Sin embargo, reconoció el Pontífice, "queda aún mucho por hacer?.
?Hemos de conocernos recíprocamente ?siguió el Papa? mucho más y mejor. Por eso aliento a un diálogo sincero y confiado entre judíos y cristianos: sólo de este modo será posible llegar a una interpretación compartida sobre cuestiones históricas aún discutidas y, sobre todo, avanzar en la valoración, desde el punto de vista teológico, de la relación entre hebraísmo y cristianismo"
"Este diálogo, para ser sincero, no debe ocultar o minimizar las diferencias existentes: también en lo que, por nuestras íntimas convicciones de fe, nos distinguen unos de otros, y precisamente en ello, hemos de respetarnos recíprocamente?, añadió el Papa durante su segundo día de estancia en Colonia con ocasión de la XX Jornada Mundial de la Juventud.
Asimismo, Benedicto XVI explicó que ?el Decálogo es nuestro patrimonio y compromiso común. Los diez mandamientos no son una carga, sino la indicación del camino hacia una vida en plenitud?. ?Lo son particularmente para los jóvenes que encuentro en estos días y que tengo muy presentes en el corazón. Es mi deseo que sepan reconocer en el Decálogo la lámpara para sus pasos, la luz en su camino?, añadió.
De otro lado, el presidente del Consejo Central de los Judíos en Alemania, Paul Spiegel, declaró que la visita es una señal "muy esperanzadora", que demuestra "que estamos verdaderamente en el camino del entendimiento entre las religiones".
Durante la visita, en la que el Santo Padre visitó la sala en la que se encuentra el memorial por las víctimas del holocausto, se leyó un pasaje del Antiguo Testamento en hebreo y se cantó el salmo 22 y se hizo sonar el Cuerno (Schofar).
Esta es la primera vez que un Pontífice alemán visita una sinagoga de Alemania, país donde el régimen nazi ejecutó a millones de judíos.