aticano, 04 Sep. 05 (ACI).- Durante la recitación del Ángelus en el Palacio Apostólico de Castel Gandolfo, el Papa Benedicto XVI recordó la profunda devoción Juan Pablo II por la Eucaristía y llamó al mundo católico a unirse en oración para el próximo Sínodo de Obispos que abordará este tema.
El Pontífice recordó la proximidad de la fase conclusiva del Año de la Eucaristía que se realizará en octubre con la celebración de la Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos que tendrá como tema: ?La Eucaristía: fuente y culmen de la vida y de la misión de la Iglesia?.
En este contexto, el Santo Padre recordó a su predecesor diciendo que ?este Año especialmente dedicado al Misterio eucarístico ha sido querido por el amado Papa Juan Pablo II para despertar en el pueblo cristiano la fe, el asombro y el amor hacia este gran Sacramento que constituye el verdadero tesoro de la Iglesia?.
?¡Con cuánto amor -continuó diciendo- celebraba la Santa Misa, centro de toda su jornada! ¡Y cuánto tiempo pasaba en adorante, silenciosa oración delante del Tabernáculo! En los últimos meses, la enfermedad lo asimiló cada vez más a Cristo sufriente".
El Santo Padre destacó que "impresiona el pensar que, en la hora de la muerte, él se ha encontrado uniendo la ofrenda de la propia vida a aquella de Cristo en la Misa que era celebrada a su lado. Su existencia terrena se ha cerrado en la Octava de Pascua, justamente en el corazón de este Año eucarístico, en el cual ha tenido lugar el paso de su gran pontificado al mío".
"Con gozo, desde el inicio de este servicio que el Señor me ha encomendado, reafirmo la centralidad del Sacramento de la presencia real de Cristo en la vida de la Iglesia y en aquella de todo cristiano?, exclamó el Pontífice.
Asimismo, exhortó a que toda la comunidad eclesial, en relación a la próxima Asamblea sinodal, ?se sienta involucrada en esta fase de preparación inmediata y participe con la oración y la reflexión, valorizando cada ocasión, evento y encuentro?.
Recordando la Jornada Mundial de la Juventud en Colonia hizo notar que ?muchísimas fueron las referencias al misterio de la Eucaristía?. ?Recuerdo -dijo- la sugestiva Vigilia del sábado por la noche, 20 de agosto, en Marienfeld, que tuvo su momento culminante con la adoración eucarística: una opción valerosa, que ha hecho converger las miradas y los corazones de los jóvenes en Jesús presente en el Santísimo Sacramento".
"¡Recuerdo además -continuó- que durante aquellas memorables jornadas, en algunas iglesias de Colonia, de Bonn y de Dusseldorf se tuvo la adoración continua, día y noche, con participación de muchos jóvenes, que han podido así descubrir juntos la belleza de la oración contemplativa!?
Antes de iniciar el rezo de la oración mariana, Benedicto XVI hizo un llamado particular a ?santificar con gozo el ?día del Señor?, el Domingo, día sagrado para los cristianos?. Y recordando a san Gregorio Magno -cuya fiesta se celebró ayer- hizo notar cómo ?dio una contribución histórica a la promoción de la liturgia en sus varios aspectos y, en particular, a la conveniente celebración de la Eucaristía. Su intercesión, junto con aquella de María Santísima, nos ayude cada domingo a vivir en plenitud el gozo de la Pascua y del encuentro con el Señor resucitado?.
Terminada la oración dominical, el Santo Padre saludó a los distintos grupos de peregrinos llegados de todas partes del mundo e impartió la bendición apostólica.