ATICANO, 05 Oct. 05 (ACI).- Mons. John Atcherley Dew, Arzobispo de Wellington (Nueva Zelanda), ha sido el primer Prelado en proponer formalmente la Comunión para los divorciados vueltos a casar. ?Nuestras Iglesias se enriquecerían si pudiésemos invitar a los católicos comprometidos, actualmente excluidos de la Eucaristía para que vuelvan a la mesa del Señor. Hay quienes su primer matrimonio ha terminado tristemente. Nunca han abandonado la Iglesia, pero actualmente están excluidos de la Eucaristía?, dijo el Prelado.
?Tenemos que hallar los modos para incluir a los que tienen hambre del Pan de la Vida. Es necesario afrontar el escándalo de los que tienen hambre del alimento eucarístico, como se debe afrontar el escándalo del hambre física?, dijo Mons. Dew este martes por la tarde.
Según el vaticanista del diario ?Il Foglio?, es de esperar que otros prelados, posiblemente franceses, propongan lo mismo.
Sin embargo, el tema, según varios vaticanistas, ya ha sido abordado y resuelto por la ?Carta a los Obispos de la Iglesia Católica sobre la recepción de la Comunión eucarística por parte de los fieles divorciados vueltos a casar?, firmada por el actual Pontífice, entonces Cardenal Joseph Ratzinger, el 14 de septiembre de 1994.
La carta señala que ?frente a las nuevas propuestas pastorales arriba mencionadas, esta Congregación siente la obligación de volver a recordar la doctrina y la disciplina de la Iglesia al respecto. Fiel a la palabra de Jesucristo, la Iglesia afirma que no puede reconocer como válida esta nueva unión, si era válido el anterior matrimonio. Si los divorciados se han vuelto a casar civilmente, se encuentran en una situación que contradice objetivamente a la ley de Dios y por consiguiente no pueden acceder a la Comunión eucarística mientras persista esa situación?.
El documento, respondiendo a los argumentos planteados por Mons. Dew, destaca que ?esta norma de ninguna manera tiene un carácter punitivo o en cualquier modo discriminatorio hacia los divorciados vueltos a casar, sino que expresa más bien una situación objetiva que de por sí hace imposible el acceso a la Comunión eucarística: ?Son ellos los que no pueden ser admitidos, dado que su estado y situación de vida contradicen objetivamente la unión de amor entre Cristo y la Iglesia, significada y actualizada en la Eucaristía. Hay además otro motivo pastoral: si se admitieran estas personas a la Eucaristía los fieles serían inducidos a error y confusión acerca de la doctrina de la Iglesia sobre la indisolubilidad del matrimonio??.