l comenzar, y antes de tomar el tema que centralmente va a comentar, el Santo Padre hizo una observación marginal, haciendo notar que la tentación nace, crece, se contagia, se justifica... y no se detiene, va adelante, como vemos en estos sacerdotes que ya no les basta con preparar la muerte de Jesús, también buscan la de Lázaro.
La homilía de hoy se detiene en la frase de Jesús "a los pobres los tendréis siempre con vosotros". María se entrega a la contemplación, Marta sirve, y Judas... lleva la bolsa, y piensa en los pobres, pero no porque le importasen, sino porque era ladrón, y se quedaba con el dinero del pobre. Esta situación del administrador infiel es siempre actual, incluso a un alto nivel, pensemos en algunas organizaciones que se dedican a los pobres, pero son estructuras enormes, con miles de empleados, y a fin de cuentas, de lo que recaudan, un 40% va a los pobres y el resto a mantener la estructura... eso es un modo de quedarse con el dinero del pobre.
«A los pobres los tendréis siempre con vosotros», esto es una realidad, hay tantos, están siempre, vemos siempre pobres... pero esta es solo la mínima parte, la mayor cantidad de pobres son los que no vemos, los pobres escondidos. Y no los vemos porque entramos en la cultura de la indiferencia, negacionista: "no es para tanto, hay algunos, pero...", siempre disminuyendo la realidad del pobre.
O bien nos habituamos, como si fueran un ornamento más del paisaje urbano: hay árboles, hay estatuas, y hay pobres, como si fuera una cosa normal.
Pero la gran mayoría son los pobres víctimas de las políticas económicas y financieras: riqueza en manos de pocos, y pobreza en tanta gente víctima de la injusticia estructural de la economía mundial. Incluso hay muchos pobres que tienen vergüenza de mostrar que no llegan a fin de mes, tantos pobres "de clase media" que van de escondidas a Cáritas, porque no llegan a fin de mes.
Nos encontraremos el día del Juicio con que la primera pregunta que nos hará Jesús es "¿cómo vas con los pobres? ¿les has dado de comer? ¿cuando estaban en la cárcel los has visitado? ¿los has visitado en el hospital? ¿has ayudado a la viuda, al huérfano? porque él era yo".
Sobre esto seremos juzgados, no sobre los viajes que hayamos hecho, ni sobre la importancia social que hemos tenido, seremos juzgados por nuestra relación con los pobres. Si yo hoy ignoro a los pobres, seré ignorado por el Señor.
«A los pobres los tendréis siempre con vosotros» realmente quiere decir «Yo estaré siempre con vosotros, en el pobre.»
Esto no es ser comunista, es el centro del evangelio.