a Plata, (Buenos Aires), 25 Ago. 06 (AICA) El director del Instituto de Bioética de la Universidad Católica de la Plata, doctor Juan Carlos Caprile, opinó que los médicos que practicaron un aborto a una joven discapacitada embaradaza tras una violación cometieron “un homicidio a un niño inocente de casi 6 meses de edad formado totalmente, funcionando sus órganos, incluso el corazón que late desde los 18 días”.
“Otra vez el peso de la Ley ha sido clavado, como una espada, en el corazón de una pequeña víctima indefensa, ordenando su muerte y siendo ejecutado por profesionales que se dicen del ‘arte de curar’ pero son realmente del ‘arte de matar’”, cuestionó el médico en un artículo titulado “Nuevo asesinato”, cuyo texto es el siguiente:
Recientemente la Suprema Corte de Justicia de la Pcia. de Bs. As. autorizó la realización de un aborto pero los Médicos del Policlínico de La Plata se opusieron a practicarlo por el riesgo que significaba el avanzado estado de gestación que llegaba casi a los 6 meses. Sin embargo a los pocos días de la negativa le fue hecho el aborto en una Clínica particular de la localidad donde vive la madre del niño muerto.
Otra vez el peso de la Ley ha sido clavado, como una espada, en el corazón de una pequeña víctima indefensa, ordenando su muerte y siendo ejecutado por Profesionales que se dicen del “arte de curar” pero son realmente del “arte de matar”. Es un homicidio cometido a un niño inocente de casi 6 meses de edad formado totalmente, funcionando sus órganos, incluso el corazón que late desde los 18 días.
Una de las técnicas que pueden haber realizado es un raspado o legrado uterino que despedaza al niño matándolo en el propio Santuario de la vida que es el seno materno. Otra de las formas factibles es aplicando una inyección de solución salina dentro del liquido amniótico que rodea a la criatura lo cual provoca su muerte instantánea siendo luego extraído.
También se puede haber practicado una operación cesárea, de manera tal que una vez abierto el útero, el niño es extraído vivo del interior del mismo, falleciendo al poco tiempo por falta de atención médica. Al nacer con vida seguramente comenzó a llorar implorando con sus lágrimas que lo dejen vivir como otros niños que en sus mismas condiciones son favorecidos por los adelantos científicos practicados por los Médicos Neonatólogos, verdaderos Profesionales del Arte de curar.
En este caso su llanto fue acallado con procedimientos que causándole intensos dolores le fueron quitando la posibilidad de respirar hasta que su pequeño corazón dejó de latir y partió hacia la Eternidad. Tal vez se fué de esta vida terrenal sin los Honores de los Grandes Mártires de la Humanidad pero seguramente es merecedor del mejor Galardón como es ser el Adalid de todos aquellos que hoy, una vez más, nos encolumnamos esperanzados llevando sin claudicaciones la Bandera del Derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte natural .
Con la fuerza que nos da la certeza de que la” Verdad nos hará libres” manifestemos con firmeza nuestra posición en contra el aborto en la seguridad de que “ siempre la vida triunfará sobre la muerte“.+