ROMA, 06 May. 08 / 03:40 pm (ACI).- El Papa Benedicto XVI destacó que "con María, se orienta el corazón al misterio de Jesús. Se pone a Cristo en el centro de nuestra vida, de nuestro tiempo", al finaliza el rezo del Santo Rosario que presidió el pasado sábado en la Basílica de Santa María la Mayor en el inicio del mes de mayo, mes mariano.
"En la experiencia de mi generación, las tardes de mayo vuelven a evocar dulces recuerdos relacionados a las reuniones vespertinas para rendirle homenaje a la Madre. ¿Cómo olvidar la oración del Rosario en la parroquia o en las casas en los distintos países", dijo el Papa.
Hoy, prosiguió el Santo Padre, "confirmamos que el Santo Rosario no es una práctica pía relegada al pasado, como oración de otros tiempos en la que se piense con nostalgia. En realidad, el Rosario está viviendo una nueva primavera. Esto es sin duda uno de los signos más elocuentes del amor que las jóvenes generaciones nutren por Jesús y por su Madre María".
Tras explicar que "cuando se reza el Rosario se reviven los momentos importantes de la historia de la salvación", el Pontífice hizo votos para que María "nos ayude a acoger en nosotros la gracia que proviene de estos misterios, para que a través de nosotros, pueda 'irrigar' la sociedad, a partir de las relaciones cotidianas, y purificarla de tantas fuerzas negativas abriéndola a la novedad de Dios".
"El Rosario, cuando es rezado de modo auténtico, no de manera mecánica o superficial sino de modo profundo, produce paz y reconciliación. Contiene en sí la potencia sanadora del nombre santísimo de Jesús, invocado con fe y amor al centro de cada Ave María", precisó Benedicto XVI.
Luego de alentar la oración en torno a María a pocos días de la Solemnidad de Pentecostés, el Papa confió a los presentes "las intenciones más urgentes de mi ministerio, las necesidades de la Iglesia, los grandes problemas de la humanidad: la paz en el mundo, la unidad de los cristianos, el diálogo entre todas las culturas".