urante el reciente un debate conjunto en la Sesión Plenaria de las Naciones Unidas sobre el tema de la ?Revitalización de la Tarea de la Asamblea General?; el Arzobispo Celestino Migliore, observador permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas, señaló la necesidad de fortalecer la ONU, pero al mismo tiempo de volverla más eficiente.
El Arzobispo afirmó durante el debate que ?las Naciones Unidas son una comunidad de Estados que comparten una serie de valores fundamentales, como subraya la Declaración del Milenio: libertad, igualdad, solidaridad, tolerancia, respeto de la naturaleza y división de responsabilidades?.
?Reforzar el sistema de las Naciones Unidas comporta el reconocimiento de que es un sistema basado en la cooperación más que en la competición entre los Estados y que se nutre activamente de la voluntad constructiva, la confianza, el cumplimiento de los compromisos de colaboración entre miembros igual y recíprocamente responsables. Hacer que estos principios básicos sean irreversibles es una tarea prioritaria?, agregó el Prelado.
?El punto clave es el reconocimiento del principio de que todos los Estados, por naturaleza, tienen la misma dignidad ?agregó-. No obstante, es verdad, que las naciones que han conseguido un grado más alto de desarrollo científico, cultural y económico tienen la responsabilidad de ofrecer una aportación mayor a la causa común?.
?En la práctica ?continuó Mons. Migliore-, el criterio esencial que hay que tener en cuenta a la hora de reformar las estructuras y pasar revista a los procedimientos de esta Organización son los siguientes. Por cuanto se refiere a las estructuras: representación e inclusión; para los procedimientos: imparcialidad, eficiencia y eficacia; en materia de resultados: responsabilidad y reacción?.