Tras su ingreso, Benedicto XVI y Francisco se abrazaron sentidamente.
El Obispo emérito de Roma anunció su renuncia el 11 de febrero de 2013. El 28 de ese mismo mes se retiró a la residencia pontificia de Castel Gandolfo.
A inicios de mayo de 2013, Benedicto XVI ingresó al monasterio de clausura Mater Ecclesiae, donde decidió vivir su retiro, en una vida de clausura dedicada a la oración.