El líder budista, indicó el Papa, es un buen amigo del Arzobispo de Colombo (Sri Lanka), Cardenal Maclolm Ranjith.
“Ayer, retornando de Madhu había la posibilidad (de ir al templo) y llamamos y fuimos”, junto al Cardenal Ranjith.
Durante la visita de Francisco al templo budista, los monjes abrieron la “stupa”, un gran relicario de metal precioso que contiene reliquias de dos importantes discípulos de Buda.
Este relicario se abre solo una vez al año, pero, según el monje Banagala Upatissa, se abrió durante la visita del Papa como testimonio del “mayor honor y respeto que podemos ofrecer a Su Santidad”.
El Santo Padre recordó que ayer, en el Santuario de Nuestra Señora del Rosario en Madhu “vi algo que nunca hubiera imaginado”.
“No eran todos católicos, ni siquiera la mayoría. Eran budistas, musulmanes, hindúes, y todos ellos iban ahí a rezar y dicen que reciben gracias”.
Francisco destacó que en el Santuario “hay algo que los une y si ellos están tan naturalmente unidos como para ir juntos y rezar en la iglesia, que es cristiana pero que es más que cristiana porque todos la quieren, ¿cómo podría no ir al templo de los budistas a saludarlos?”.
“Y este testimonio ayer en Madhu fue muy importante. Nos hace entender el sentido de inter-religiosidad que ha vivido en Sri Lanka. Respeto entre ellos”.
El Papa indicó que si bien existen “grupos fundamentalistas, pero no están con la gente, son élites ideológicas”.
“Pienso que la Iglesia ha crecido mucho en conciencia, en respeto –como les dije en la reunión interreligiosa en Colombo–, en valores”.
Francisco indicó que “el respeto de la Iglesia ha crecido mucho a este respecto, ¿no? Y sí, hubo tiempos oscuros en la historia de la Iglesia. Necesitamos decirlo sin vergüenza, porque también estamos en un camino de continua conversión, siempre de pecado a la gracia”.
“Y esta interreligiosidad como hermanos, siempre respetándonos mutuamente es una gracia”, aseguró.