Señor: estamos celebrando el tiempo de Adviento, tiempo de espera, de "estar atento" para no perderme el gran acontecimiento de tu venida al mundo. Que piense en este tu gran detalle de amor. Nada te obligaba a hacerlo, ya que fui yo el culpable. Tampoco te voy a preguntar por qué lo hiciste. Tu respuesta me la das naciendo en un pesebre y muriendo en una cruz. Me pides que en el tiempo de Adviento esté pendiente de tu llegada, porque deseas que yo participe de tu alegría por liberarme de mi culpa, por comunicarme que tu Padre es también el mío y por anunciarme que te quedarás en el mundo para compartir mi vida.
Me avisas que tu presencia en el mundo no se revestirá del poder y la gloria que correspondería a un Dios-Rey, sino que lo harás envuelto en pobreza. Que te manifestarás "a los hombres de buena voluntad" porque eres un "Dios-cercano, un Dios-con-nosotros" y que para encontrarte debo convivir con los necesitados, los olvidados, con los que sufren.
Me dices que me alegre por tu venida, que "levante mi cabeza, porque se acerca mi liberación". Que llene mi interior de paz y perdón para cambiar tu pesebre en una cuna digna del Dios-Niño. Que aunque pertenezca a una sociedad agnóstica, consumista y sin valores, siembre el mensaje de paz que Tú traes y ellos buscan.
Señor: que en el tiempo litúrgico del Adviento esté atento a tu llegada y no permitas que mi indiferencia haga que llegues sin ser acogido, que pases de largo porque las luces y el consumo me hayan borrado el verdadero sentido de tu Natividad.
Alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar.
Señor : Gracias por tu venida, por hacerte carne, por pasar frio para darme calor, por quedarte en la Eucaristía para compartir pan y amores. Para un humano son detalles de un amor desmedido, un amor que el mundo no conoce y que con tu nacimiento nos indicas los límites que yo debo ponerle: "amaros los unos a los otros como yo os he amado".
Sea por siempre bendito y alabado.