Despejando la duda más inmediata: no, primo hermano no era, ni la Biblia dice que lo fuera. En San Lucas se dice que es hijo de una pariente de María, por tanto no primo hermano sino como mucho, primo segundo, y de allí para arriba.
Presupuestos de lectura
Y esto nos enseña ya algo interesante: cómo nosotros inconscientemente, sin proponérnoslo, vamos adaptando las realidades mencionadas en la Biblia a las realidades conocidas por nosotros. Así, aunque no se menciona la cantidad de magos que visitaron Belén, por los tres regalos deducimos que son tres, y ahí quedó estabilizado el número, y para algunos absolutamente indiscutible, porque confunden la verdad bíblica (incluso la literal) con las deducciones que conocen.
Igualmente en Génesis no se menciona ningún fruto del árbol del conocimiento, pero desde que algún latino asoció "malum" (mal) a "malum" (manzana), se ha transmitido "la historia de Adán, Eva y la manzana", como si esa lectura estuviera allí en el propio texto.
Son dos casos conocidos de una larguísima red de supuestos de lectura que han conseguido pasar a la cultura de tal modo que para mucha gente son verdaderas certezas bíblicas [1].
El punto es siempre la coincidencia con un elemento externo o completamente secundario, pero sencillo para el lector: la relación en latín entre las dos palabras, el número de regalos... ¿y con lo del parentesco? Es sencillo: cuando la familia comenzó a achicarse la noción de "primo" nos fue llevando más inmediatamente a primo hermano que a primo en general; si pensamos en primo, es según el modelo de los primos hermanos, así que sin ninguna clase de razonamiento especial, podemos pasar a dar por buena la certeza de que JuanB era primo hermano de Jesús.
En algunos casos la deducción es inocua (qué más da si JuanB es primo hermano, o segundo, o tercero de Jesús); en otros es problemática, como en el de la manzana, porque narrativamente sería importante que percibiéramos que el fruto del árbol es singular y único, y una manzana no es singular ni única; y en otros casos la deducción arruina el texto o el personaje, como la deducción que se hace en Occidente (sobre todo a partir de san Gregorio Magno) de que el pecado de María de Magdala es de prostitución, cuando no hay absolutamente nada en el texto que indique eso, pero prácticamente ha especializado la lectura del personaje en ese aspecto, tanto en la iconografía como en la literatura en torno a ella.
Puesto que la "lectura crítica" (es decir, ateniéndose a criterios conocidos de antemano) es el modo correcto de leer la Biblia, si no queremos caer en una "lectura fundamentalista", la primer crítica que debemos ejercitar como lectores es la crítica a nuestros supuestos de lectura: ¿cuánto ponemos en el texto antes de ir allí a sacar de él su verdad?
Ahora sí, a la cosa misma: el parentesco entre JuanB y Jesús
Ya sabemos que no son primos hermanos, ¿pero serían primos? Es curioso que el Nuevo Testamento, que menciona a Juan Bautista muchísimas veces, y menciona también a los parientes cercanos del Señor: su madre, su padre putativo, sus "hermanos" y "hermanas", no señale más que una vez el parentesco entre JuanB y Jesús, y esto de modo completamente marginal, al indicar que Isabel es pariente de María. Hay que tener en cuenta además que el término griego que utiliza san Lucas, "syngenés", solo indica parentesco, sin ninguna mención del grado o la cercanía (incluso puede hasta significar simplemente "compatriota"), así que ya el convertirla en "primas" es cosa de la imaginación lectora, más que del texto.
A esto debemos sumar que cuando un dato (que debería ser conocido) aparece en una única fuente, es más cuestionable su historicidad que si apareciera en varias fuentes independientes entre sí.
Estamos partiendo de una base que a lo mejor a algunos lectores de estos escritos aun les cuesta digerir: los evangelios son narraciones, relatos, no filmaciones ni grabaciones (aunque tampoco la filmación ni la grabación captan "objetivamente" la realidad), esto significa que están sujetos a los procedimientos propios de los relatos, y aquí es importante que el lector haga un poco de memoria de sí mismo, y recuerde cómo narra él mismo cosas a terceros: muchas veces simplificamos todo lo que es secundario en la escena para no estar contando detalles sin importancia. Por ejemplo, supongamos que Isabel es la prima de la mejor amiga de la Virgen, no sería incorrecto ni una falta a la veracidad simplificar diciendo que Isabel es pariente de María, porque verdaderamente ella se pone en movimiento por el parentesco, aunque ese parentesco no sea biológico. Agiliza la narración, y evita estar dando un rodeo para llegar al resultado que se desea llegar: la visita de María a Isabel.
¿Pero por qué los exégetas se complican? ¿no pueden ser primas? Sí, pueden serlo, pero también pueden no serlo, y hay una cuestión que ronda en el subsuelo: Isabel es indudablemente de la tribu de Leví, porque está casada con un sacerdote, y él no podría haber ejercido como tal si se hubiera casado con alguien fuera de su tribu. Para que Isabel y María sean primas, María tiene que ser también de la tribu de Leví. Pero resulta que María está casada con alguien de la tribu de Judá, así que la balanza se inclina más a que ella es de la tribu de Judá, y por tanto no es prima (al menos no prima hermana) de Isabel.
Es verdad que en época de Jesús los límites entre tribus eran muy difusos, y era bastante común el casamiento entre dos tribus, así que la regla que enuncié no es estricta. Lo es para el caso del sacerdote, que tiene que tomar esposa de su tribu, pero no lo es para José, que podría casarse perfectamente con una mujer de Leví. Sin embargo nos menciona Meier que los nombres usuales en la familia de Jesús (el mismo Joshua, para Jesús, José, Jacobo -Santiago-, Judas, Simón, la propia Mariam) muestran una familia con cierto arraigo tradicional: "Puede ser significativo que todos los nombres de la familia de Jesús evoquen los gloriosos días de los patriarcas, el éxodo y la conquista de la tierra prometida. Esa familia pudo haber participado del despertar de la identidad nacional y religiosa judía que aspiraba a la restauración de Israel en todo su esplendor." (Un Judío Marginal, I, pág. 359). Por tanto, aunque no es una regla infalible, es más bien probable que la Virgen perteneciera a la tribu de Judá, no a la de Leví [2].
¿Y si el parentesco entre las dos fuera un "teologúmeno"?
"Teologúmeno" es un neologismo y un tecnicismo de la exégesis actual, significa aquellas cosas presentadas como históricas que están en los textos por su significado teológico. Aunque no hay un acuerdo total en cómo debe usarse esta palabra, en general en la bibliografía se usa "teologúmeno" para indicar ficciones históricas que están en los relatos por su valor teológico.
Nos puede parecer extraño a nosotros que haya ficciones históricas en la Palabra de Dios, pero parece que a Él (a Dios) no le pareció extraño hablar a través de la obra de narradores, y los narradores, tarde o temprano, si quieren narrar bien tienen que acudir a la ficción, que sintetiza y resalta mejor lo que se quiere transmitir que una serie de detalles históricos pero innecesarios, y que ocultarían más que aclararían su objeto.
Un ejemplo de teologúmeno, que ya mencioné en otro artículo, son los muertos-vivos del relato de San Mateo 27,52-53 [3]
Como quiero seguir teniendo amigos, no haré el catálogo de todo lo que la exégesis contemporánea considera teologúmena [4], a veces con razón, a veces excediéndose un tanto en el impulso crítico, pero sí que me gustaría detenerme en esta posibilidad de que el parentesco entre María e Isabel -y al cabo la escena entera de "La visitación"- sea un teologúmeno.
Ya he mencionado que el teologúmeno requiere dos aspectos: una realidad narrada como histórica, y que sirva como vehículo para una verdad teológica.
Que la escena de la visitación está narrada como histórica, no hay ninguna duda, pero ¿qué verdad teológica podría estar enunciando que no se pueda expresar más directamente?
Para poder entender esto debemos dar un rodeo por la figura y el papel del Bautista, y preguntarnos un poco cómo cada evangelista resolvió el tremendo problema de que Juan estuvo dotado en algún momento de una autoridad incluso mayor que la de Jesús, y que de hecho bautizó a Jesús.
Para nosotros ese problema ya no es tan vital, porque no convivimos con discípulos de Juan Bautista, pero los primeros cristianos debían responder ante los discípulos del Bautista, que siguieron existiendo tras la muerte martirial de aquél, cómo es que pretendían que Jesús era Señor por encima del Bautista, si había sido bautizado por él...
San Marcos, que posiblemente no vivió de cerca la cuestión de los discípulos del Bautista, no trata el problema: pone a Jesús en la fila de bautizandos del Bautista, cuando llega su turno se bautiza, y al salir se produce la revelación cristológica de quién es verdaderamente Jesús, y ya el Espíritu lo empuja al desierto: el personaje del Bautista es completamente marginal en el relato, y solo se recuerda de él la frase del más fuerte y la sandalia (Mc 1,7) que es suficiente para despejar toda duda sobre quién es quién.
Pero ya en la generación de San Mateo y San Lucas (entre 70 y 80 largos) la disputa entre unos y otros discípulos parece haber recrudecido, así que los evangelios comienzan a incluir detalles apologéticos que permitan expresar con más facilidad la superioridad de Jesús:
-En Mateo se introduce el pequeño diálogo teológico de 3,14-15 en el que Juan intenta impedir el bautismo, y Jesús le da un fundamento de por qué él, que no debería ser bautizado, quiere serlo...
-San Lucas encontró una solución narrativamente muy ingeniosa: pone al Bautista en la cárcel un versículo antes de que Jesús sea bautizado (Lc 3,20-21), y narra el bautismo impersonalmente, de tal manera que si solo tuviéramos el evangelio de Lucas (y hubo un tiempo en que su comunidad solo tuvo el de él) ¡no sabríamos quién bautizó a Jesús!
San Lucas no niega que a Jesús lo bautizó Juan... pero tampoco lo afirma, pasa redondamente por alto el asunto.
Esto puede funcionar bien un tiempo, mientras no haya otras versiones circulando más explícitas que la de Lucas. Para para la época en que san Lucas completa el evangelio con los capítulos de infancia [5], le quedan dos opciones: o deja claro algo que él no deseaba explicitar, que es que Juan Bautista bautizó a Jesús, o de alguna manera muestra algo que ya todos saben, y que pasaría por mentiroso si lo oculta, y es que Juan el Bautista testimonió acerca de Jesús; esa sería la función teológica de la escena de "La visitación", cuyo protagonista indudable es un pateador Juan Bautista nonato revelando quién es realmente Jesús.
Este es el sentido de "La visitación" como teologúmeno, hacer que en algún momento de sus respectivas vidas los dos personajes se crucen con naturalidad y sin preguntas por la precedencia de uno y otro.
¡Y fue narrativamente muy eficaz! Todos nos hemos quedado con la idea en la cabeza de que Juan Bautista era primo carnal de Jesús, sin que propiamente Lucas haya afirmado más que las respectivas madres eran "syngenés", parientas.
Por supuesto, todo esto no significa que la escena de "La visitación" como tal no haya ocurrido -eso es un juicio de existencia que nadie puede hacer con certeza-, sino que se verifica en ella una vez más el principio de Nortroph Frye: cuando algo histórico está en la Biblia, no está por ser histórico sino por alguna otra razón [6]. "La visitación" sirve a los intereses teológico-catequéticos de San Lucas, que es lo que él nos propone para descubrir.
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Notas:
[1] En un breve hilo del foro de El Testigo Fiel, Maite Parga y yo hacemos un pequeño catálogo de estas falsas deducciones
[2] Un autor del siglo II como san Justino señala que María es del linaje de David, pero es una deducción basada más en la dificultad de compaginar las dos genealogías de Jesús que en los datos que puedan recabarse del NT. Atribuir el linaje davídico a María por este motivo es inútil, porque las dos genealogías son patrilineales, como no podía ser de otra manera.
[3] Ver aquí mismo mi artículo "¿De verdad que los muertos salieron de sus tumbas?"
[4] "teologúmena" es el plural de teologúmeno.
[5] Esta es una hipótesis muy frecuente, y que se puede dar ya por aceptada en el contexto de la exégesis actual: el comienzo original del evangelio de Lucas es 3,1 (quizás precedido del prólogo, 1,1-4). El evangelio de infancia responde a nuevas inquietudes y cuestiones teológicas debatidas en las comunidades cristianas, y es por tanto un "crecimiento" del evangelio, si bien debido a la misma mano que el resto del evangelio. Otro tanto se considera respecto a los dos capítulos de infancia de San Mateo.
[6] Por lo que recuerdo, N. Frye no formula nunca así de conciso el principio, por eso no lo pongo entre comillas, pero se deduce de su obra "El Gran Código", donde podemos hallar casi esta forma de expresarlo, por ej. en pág. 67 referido a la verdad histórica de los evangelios.
Enhorabuena por el artículo, Abel: ¡me ha encantado! Me gustaría hacerte una pregunta completamente marginal (una curiosidad personal): ¿de dónde viene el apelativo de magno? ¿Por qué S. Gregorio es magno y S. Agustín (y otros padres de la Iglesia tanto oriental como occidental), por ejemplo, no se dice que es magno? Gracias.
Bueno se ve que el puto Acosador se llevò mi escrito Puto viejo impertinente Querido Abel me encanta entretener mi hermoso tiempo leyendo lo podemos ver y palpar mi dedicacion de leer dia con/dìa El Padrenuestro DOCE 12 hermosas letras y cuando decimos DOCE ademàs de ERE / preciosa hermosa /R/ estamos llamando a preciosa TE /720 y 154 ademàs de 12:00 horas y cuanto es MIL DOSCIENTOS vamos /326/40 y 65/300 y 294/72 y 330/35 /36 y 313/53 /297/69 y son las DOCE IGUAL QUE PRECIOSA TE /5,100 que acabamos de ver en el Padrenuestro /14 igual a 105+405/510/0 bueno tambien 12/ 354 que eres tu Tambien Querido Abel los años de 365 diran es ONCE 11/354 y antes del precioso ONCE anteponemos 16/11 preciosa K CA de Kilo que sumo yo y por decirlo asi Madre Marìa Luisa Ordàz Hernandez cada Zeta peciosa igual que EQUIS /X ademàs de 1333 y 13X33 429 y mi ultimo escrito en 2019 /304/29 de Noviembre Vamos 333/32 /33 jojoj
bueno... juan según jesus es elías, y bautiza para el arrepentimiento verdadero y el perdón de los pecados, hace teshuvá porque cree en el mesías verdadero, al igual que abraham y el mismo moíses a quien se le encargo el primer pacto, por esta razón juan es de los primeros creyentes en la promesa de la Fé, de la emuná del segundo pacto que es la muerte y resurrección del mesías, por esa razón juan es claramente familiar genético de jesús mas que nada porque judá y leví son hijos de lea (la misma madre) así que son familiares si o si lejanos o cercanos no lo sabemos pero están emparentados genéticamente las DOS TRIBUS POR NO DECIR LAS 6 así que decir primo no estaría mal, aunque tu no lo hayas entendido,LA ESCRITURA LA INSPIRO DIOS y esta ahí no para el sabio NI EXEGETA sino para el que posee FE, así que elías es muy probable que también sea de alguna de esas tribus, o que sea simplemente de tisbe porque DIOS PUEDE LEVANTAR PROFETAS DE LAS PIEDRAS (GALAAD).
Jajaja, ok, primo! (Es que tú y yo somos primos en Adán, de eso no cabe duda)
en primer lugar, yo no se por que uno busca una respuesta en google y la consigue es en lo ultimo o simplemente no la consigue así d fácil por que hay que hacer un análisis para poder sacar la respuesta, y en segundo lugar; no hace falta nombrar el nombre del fruto pero basta con que diga fruto del árbol y eso se encuentra en génesis 3:3
Mi 5,2: "[...]en que de a luz la que ha de dar a luz."
Este texto afirma que la madre del mesías también sería de la tribu de Judá.