Quizás sea solo en el modo de preguntar, pero parece que hay alguna confusión en la pregunta: "sacerdotal, yahvista y elohista" no se refiere a tres versiones del texto del AT sino a las (hipotéticas) tradiciones que dieron lugar al texto del Pentateuco tal como lo conocemos, es decir, son realidades literarias (fuentes escritas, tradiciones orales, orientaciones teológicas, etc) previas al AT; son, por así decirlo, la materia prima de la que surge, luego de un largo y complicado proceso de composición, el Pentateuco y algunos otros libros del AT, al menos en la teoría de composición que en parte (solo en parte) está vigente en la actualidad.
Pero vayamos al principio de donde surgen estos términos, que a lo mejor aclara un poco más el asunto:
Del Pentateuco no hay varias versiones, sino que en nuestro AT hay un único Pentateuco, compuesto por los cinco primeros libros de la Biblia: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio. También llamado Torah, por los judíos, es decir, la Ley.
Ya desde antiguo se notó que la composición no parecía ser muy homogénea: había contradicciones, saltos, conceptos confusos, repeticiones. Mientras se sustentó una teoría de la composición bíblica puramente sobrenatural, es decir, mientras se imaginó que la Biblia era una especie de dictado de Dios a unos hombres escogidos, las complejidades de la composición simplemente se dejaban a cargo del "misterio de Dios". A lo sumo se le encontraba un uso alegórico a las distintas rarezas del texto, como cuando Filón de Alejandría explica la doble creación del hombre acudiendo a la teoría de que la primera se refiere al hombre esencial, interior, y la segunda al hombre material. Orígenes, gran pensador patrístico y uno de los primeros grandes biblistas cristianos, sostenía que por medio de esas rarezas de la narración Dios velaba el conocimiento de su palabra a los profanos.
En el medioevo se cultivó poco el comentario a la narración bíblica, más bien iba asentándose cada vez más el uso de pequeños fragmentos de texto como fuente de afirmaciones teológicas, no como partes de una narración.
Sin embargo, con el surgimiento del humanismo en el Renacimiento, la cuestión bíblica cambió de consideración. Sin negar que se tratara de palabra de Dios, comenzó a ponerse en valor la obra humana en ella, el hecho de que en definitiva son libros escritos en una determinada lengua, perteneciente a determinadas épocas y autores. Se sabía poco de ello, ya que la tradición había descuidado por completo esos aspectos y producido una serie de vagas clasificaciones en las que todo el Pentateuco estaba escrito por Moisés, todos los Salmos por David, todas las obras de sabiduría por Salomón, etc.
Durante algunos siglos (XIV al XVII) el avance fue principalmente filológico y de crítica textual, es decir, se afianzó el conocimiento de las diversas tradiciones manuscritas, se establecieron buenas bases de manuscritos hebreos y griegos, y se afinaron las herramientas filológicas: gramáticas y diccionarios tanto de griego como de hebreo.
El siglo XVIII ver surgir un nuevo interés: la narración en sí misma. La crítica literaria comenzaba a despuntar resultados prometedores en los textos profanos, y la propia mirada científica sobre los problemas iba afinándose. A mediados del siglo XVIII un gran erudito, Jan Astruc, descubre que cuando los textos del Génesis llaman a Dios "Yahvé" (su nombre propio, revelado en Ex 3,14), tienen unas peculiaridades literarias, mientras que cuando lo llaman "Elohim" (la palabra genérica en hebreo para decir "DIos"), tienen otras peculiaridades literarias, así que lanza la hipótesis de que Moisés ha utilizado "documentos" para componer la Ley. Él identificó diez de tales documentos previos. Lo publicó anónimamente en Bruselas, en 1753, con el título de "Conjectures sur les memoires originaux dont il paroit que Moyse s'est servi pour composer le livre de la Genese" ("Conjeturas sobre las memorias originales que parece que utilizó Moisés para componer el libro del Génesis").
Lo más importante de estas "Conjeturas..." es que son el anuncio de un cambio de mirada: la narración iba a ser estudiada en sí misma, como texto, literariamente. La cuestión del nombre de Dios fue una guía que sirvió durante mucho tiempo.
La hipótesis caló hondo entre los eruditos, y fueron revisándose los fragmentos que Astruc había organizado, así como ampliándose el alcance del estudio a todo el Pentateuco.
A fines del siglo XIX un estudioso alemán, Julius Wellhausen, recogiendo el trabajo de casi dos siglos, desprende por completo la idea de las fuentes del Pentateuco de la autoría literaria de Moisés: era imposible imaginar a Moisés en el desierto, en un remoto siglo XIV o XIII aC manejando fuentes como si de un erudito renacentista se tratara. Más bien había que acudir a pensar la narración del Pentateuco como la superposición de diversas etapas evolutivas en la conciencia religiosa de Israel (no en vano el evolucionismo fue el tema inspirador de toda la ciencia de aquella época), así que explicó su hipótesis situando cada uno de los "documentos" no ya en el escritorio ambulante de Moisés sino en las distintas etapas de la historia de Israel:
-Un documento "yahvista" expresa los problemas y las concepciones religiosas propias de la monarquía de David y Salomón. Se lo situó por tanto hacia el siglo X a.C.
-Al producirse la ruptura de los reinos, el Norte produjo su propia narración de las tradiciones pentateucales, ligada a la predicación profética, entre los siglos IX y VIII.
-Cuando cae el Reino del Norte (año 721), ese documento es llevado al Sur, donde es confrontado y fusionado por primera vez con las tradiciones Yahvistas.
-Más adelante, ya en el siglo VII la reforma de Josías se sustenta y expresa en un documento propio, el Deuteronomio.
-En el Destierro (siglo VI) los sacerdotes del templo, exiliados, compilan su propio modo de ver la historia sagrada en un documento propio, el Sacerdotal (simbolizado por su inicial en alemán, P).
-Finalmente, al regreso del Destierro, toda esta tradición documental es fusionada, solo por motivos de conservación, sin un criterio literario definido, en lo que nosotros llamamos "Pentateuco", hacia el 400 aC.
La hipótesis de Wellhausen tuvo muchísima aceptación entre los eruditos ya que explicaba muchos de los problemas literarios del texto. No así entre las confesiones cristianas (incluida la nuestra), ya que parecía "reducir" la inspiración bíblica a un modelo puramente literario y humano.
No obstante fue un punto de cruce indispensable para el conocimiento de la Biblia. Poco a poco las diversas confesiones cristianas fueron superando una noción puramente sobrenaturalista de la inspiración bíblica y descubriendo la composición de la Biblia como un lugar privilegiado de la actuación divina, por lo que el camino quedó (pero solo de a poco) abierto a esta forma más histórica y literaria de ver los textos.
En nuestro caso la apertura se dio oficialmente en 1943, con la encíclica de Pío XII "Divino afflante Spiritu", que reconoce la existencia de realidades y procesos literarios en la composición de la Biblia. Pero desde varias décadas antes venían los eruditos católicos (junto con los protestantes) trabajando ya en esta forma de ver las cosas.
Hacia la década del 70 del siglo XX puede decirse que la enseñanza oficial de las iglesias en torno a la composición del Pentateuco se había estabilizado en versiones más complejas y llenas de matices, pero que básicamente podían reducirse a la hipótesis de Wellhausen. Quizás como nota diferencial puede decirse que conforme avanzaba el siglo XX estas fuentes dejaban de verse como "documentos" y pasaban a verse más como expresiones de mentalidades religiosas, como "escuelas de pensamiento".
La cosa se mantuvo estable hasta casi fines del siglo XX, pero algunos elementos de estas hipótesis chirriaban un poco:
-La antigüedad de la narración Yahvista... había sido valorada, en una mentalidad evolutiva, como una corriente religiosa primitiva y tosca, excesivamente antropomórfica. Por ejemplo, según el documento sacerdotal, Noé entró al arca y comenzó a la semana a descargar la lluvia (Gn 7,6-9), mientras que según el Yahvista la puerta la cerró el propio Dios (Gn 7,13-16); según el documento P el diluvio fue devastador, "pereció toda carne" (7,21), el Yahvista es más contundente: "Yahvé exterminó todo lo que había sobre la faz del suelo" (7,23).
No obstante, afinando un poco, parecía que la corriente yahvista suponía algunos desarrollos deuteronomistas, elohistas y sacerdotales: su "tosquedad" podía juzgarse como un rasgo de estilo, ¡pero no necesariamente de antigüedad!
-En segundo lugar, la hipótesis documentaria, a pesar de todos sus desarrollos, no explicaba la narración final, lo que tenemos como texto bíblico, solo sus hipotéticos orígenes, pero la obra final resultaba caótica y no estudiable.
Poco a poco se fue abriendo paso una nueva mentalidad, más ligada a la realidad narrativa de los textos tal como los conocemos. Corrientes "estructuralistas" y "narratológicas" fueron y van descubriendo día a día la realidad unificada del texto del Pentateuco.
Sin negar su posible historia de composición, y por tanto el valor de la hipótesis documentaria clásica, hoy ya no se explica el Pentateuco como la suma de documentos sino como una composición literaria con su propia intención, que parte, sí, de documentos preexistentes, pero que no se limita a reproducirlos ciega y caóticamente.
Signo de esta mirada, que es la actual, es la pequeña obra de David Clines "El tema del Pentateuco" (publicada por primera vez en 1978 y en segunda edición revisada en 1997), que marca un nuevo enfoque ya desde su título, porque al hablar de un "tema" del conjunto del escrito se aleja de una mirada fragmentaria y puramente mecánica de la composición.
No sé si este escrito responde a la pregunta, pero creo que aporta algunos elementos y pistas para proseguir el estudio.
Explicación muy completa a la que habría que añadir, sin embargo, un par de aclaraciones.
La primera, que cuando hablamos de las tradiciones, hay que añadir que son cuatro y no tres: Yahvista, Elohista, Deuteronómica y Sacercotal. Y cada una de ellas se identifica respectivamente con las letras J, E, D y P. Lo digo porque alguna vez ha puesto P quizás dando por hecho que todo lector comprende que está hablando de la tradición Sacerdotal, aunque no tiene por qué ser así. De hecho, dada la pregunta de este señor, creo que no debía saber tal cosa.
En segundo lugar, decir que, cuando se habla de las cuatro traducciones y se las sitúa en el tiempo, hay que tener la precaución (por el mismo motivo anterior) de poner las siglas a.C. después de mencionar los siglos, porque podemos generar confusión si decimos, por ejemplo, que la tradición Elohista es del siglo VIII. Porque decir eso es desplazarla en el tiempo 16 siglos. Esto, que no es necesario por evidente en entornos más académicos o iniciados, sí lo es, sin embargo, cuando nos enfrentamos a preguntas como esta.
Finalmente, decir que las distintas tradiciones se ubican temporalmente así: J (s. X a.C.), E (s. VIII a.C.), D (s. VII a.C.) y P (s. VI a.C.).
Habría muchas cosas más por decir, como bien sabe usted, pero digamos que esto sería más o menos básico para complementar su explicación.
Gracias.
No entiendo: todo lo que me observa en esta nota está dicho en el artículo... incluso el "a.C." (en la primera de las líneas donde sitúo el documento J, en las demás ya no hace falta)... ¡incluso también la simbolización del sacerdotal con la letra P!, que además hasta está explicado por qué es P: "simbolizado por su inicial en alemán".
En fin, me parece que leyó el artículo por encima...