Hildegarda Burjan nació en 1883 en Görlitz (Alemania) en una familia judía secularizada. Joven inquieta, sus estudios despertaron en ella la pregunta acerca de Dios, pero su búsqueda, aunque apasionada, se limitaba al plano intelectual. En 1907, poco después de casarse con un joven también de origen judío, Hildegarda sufrió una grave enfermedad. Su curación, cuando ya los médicos la habían desahuciado, precipitó la conversión. Al poco tiempo, a punto estuvo de morir por complicaciones en el embarazo, pero se negó a abortar. Su salud quedó debilitada, al revés que su espíritu, forjado en la prueba. Y decidió entregarse a Dios en el servicio a los demás.
Eran tiempos marcados por la encíclica social Rerum Novarum, de León XIII, e Hidelgarda se volcó en el trabajo con las trabajadoras a domicilio, sometidas a jornadas de 15 horas diarias con salarios de miseria. En 1912, fundó la Asociación de trabajadoras cristianas a domicilio. Agrupadas a modo de cooperativa, las mujeres conseguían mejores condiciones laborales, formación y protección en caso de embarazo o enfermedad. Pero, sobre todo, crecían en autoestima: «Con dinero y pequeñeces no se ayuda a una persona -explicó-. Se le debe volver a poner en pie y darle la convicción de ser alguien y poder hacer un servicio a los demás».
Tras la guerra, se dejó seducir por el Partido Socialcristiano, antecesor del actual Partido Popular de Austria. En el Parlamento promovió medidas de protección para madres y lactantes; impulsó la educación femenina y combatió la discriminación de la mujer. Gracias a sus planteamientos no ideologizados, supo forjar consensos. «El trabajo social significa superar las divisiones que surgen en la sociedad con amor cristiano y, con corazón compasivo, intentar tender puentes», decía.
En 1920, apenas dos años después, Hildegarda puso fin a su carrera política. La excusa fue su mala salud, pero el problema real era el antisemitismo, cada vez más extendido incluso dentro de su propio partido. Si calló sobre esto, fue para no dañar a amigos, especialmente a su mentor político, el sacerdote Ignaz Seipel, Canciller de la República entre 1922 y 1924, y 1926-1929. Pudo ahora centrarse en su gran proyecto: la fundación de una orden religiosa femenina volcada en el mundo de la exclusión social: Caritas socialis. «¿Es posible ser a la vez Marta y María? Seguro que sí, y éste es el gran ideal que queremos lograr», afirmó. «No perder de vista la presencia de Dios a causa de ninguna actividad con los hombres: ese debe ser nuestro objetivo».
Las Hermanas de la Caridad Social se dedicaron a ayudar a prostitutas, mujeres sin techo... En 1924, pusieron en funcionamiento un albergue para madres solteras, obra pionera, muy criticada por quienes pensaron que así se promovía la inmoralidad.
Burjan murió en 1933, con apenas 50 años. Su proceso de beatificación se inició en 1963. En 2011, se aprobó un milagro atribuido a su intercesión: una mujer, estéril tras varias operaciones, tuvo tres hijos, después de encomendarse a ella. El dmingo 29 de enero de 2012 fue beatificada en la catedral de San Esteban, de Viena. «Se puede ser santo y político», ha destacado el cardenal Schönborn; pero el arzobispo de Viena extrae de la beata otra lección no menos importante: «No necesitamos teorías, sino testigos».
Certero resumen de la vida de la nueva beata que tomamos del blog "Espiritualidad crística", sin que mencione allí mismo la fuente. Una vida más detallada puede leerse en el folleto en línea que, en distintos idiomas, incluido el español, pone en línea la congregación Caritas Socialis.
Hola querido Abel; esta mujer me aprece en muchos videos y webs de internet, aparece como Santa, dicen que escribió libros y que recibió inspiracion directa del Espiritu Santo, para escribirlos (al parecer principalmente de medicina natural), dicen tambien que compuso música; se habla de una dieta que supuestamente ella creó y que ayuda a mantener la salud y el vigor. En fin. Siempre que tengo dudas sobre qué es real sobre un santo vengo aquí. Te agradezco tu labor; estar informada permite que uno no ande por ahi dando tumbos.
Hola, Andrea, a mí me parece que estás confundida con Santa Hildegarda de Bingen, muchísimo más conocida, y que efectivamente fue una autora medieval muy sabia y prolífica en cuanto a la cantidad de obras que escribió y que han llegado a nosotros, al punto que P. Benedicto XVI la elevó a Doctora de la Iglesia, además de canonizarla más formalmente de lo que estaba. Su biografía la tienes aquí: https://www.eltestigofiel.org/index.php?idu=sn_3364, y sí, vale mucho la pena profundizar en su figura. El 17 de septiembre será su memoria litúrgica. Fue en todo sentido una mujer excepcional. Escribió música, obras de teología en éxtasis espiritual, libros de medicina natural y gemología, diseñó un sistema de canalización del agua para abastecer sus monasterios y dotar de agua corriente a las monjas, en fin, de lo más elevado a lo más práctico.
Seguramente no la encontraste en el buscador interno del santoral (y llegaste a esta Hildegarda) porque estaba solo con su nombre "oficial" en el martirologio, que es el latino "Hildegardis", pero ya está solucionado, y si pones Hildegarda también te mostrará su ficha.
Gracias amigo, justamente pasé de nuevo por aquí por eso, para comentarte mi confusión. Me haré un tiempo para conocer más sobre esta mujer Santa, que como la describes parece ser muy interesante. Gracias por responder. PD: podría decir que casi es mi patrona, porque nací el 16 de septiembre, quizá por eso me la he encontrado tanto en internet ultimamente. Cariños . ACM