ué enviada desde Génova a Carlos Manuel I de Saboya, en 1623; una réplica de esta obra, de inferior calidad, se encuentra en San Siro, en Génova. En el verisimo "burgés" de la escena, las aristocráticas formas del ángel y de la Virgen María velan casi un asomo de decadente rebuscamiento, como un recuerdo del "manierismo".