† 309
En Cesarea de Palestina, santos mártires Elías, Jeremías, Isaías, Samuel y Daniel, cristianos egipcios, que, por haber servido a los confesores condenados a las minas, fueron apresados por el prefecto Firmiliano, en tiempo de Galerio Maximiano, y, después de duros tormentos, perecieron decapitados. Tras ellos fueron martirizados Pánfilo, presbítero, Valente, diácono de Jerusalén, y Pablo, oriundo de la ciudad de lamnia, que habían permanecido dos años en la cárcel, así como Porfirio, siervo de Pánfilo, además de Seleuco, capadocio que ostentaba un grado en la milicia, y Teódulo, anciano servidor del prefecto Firmiliano. Finalmente, el capadocio Julián, llegado como peregrino en aquel momento, fue denunciado como cristiano por haber besado los cuerpos de los mártires, y por orden del prefecto lo quemaron a fuego lento.