La «vida virtual» tiene el peligro de admitir lo impersonal y efímero como algo humanamente natural.
En una institución física, como puede ser una parroquia, un colegio, etc. se recuerda con cierta espontaneidad a quienes precedieron. Incluso se pone una placa, un diploma, el nombre de un aula, y así el tiempo, que es nuestro hábitat, se hace real.
Las instituciones que nacen en internet -portales, canales de divulgación, escuelas virtuales- son muy valiosas por muchos aspectos, ante todo porque hacen posible una fraternidad que ya no sea física, mi prójimo verdaderamente ya no está próximo. Lo estamos viviendo estos mismos días de confinamiento por el COVID-19, a través de tantas misas y adoraciones virtuales, comuniones espirituales, etc.
Sin embargo a estas instituciones les falta hacerse cargo de lo más humano de todo: el paso del tiempo. También en el espacio virtual algunos nos precedieron, o nos acompañaron un tiempo y ahora están en la Casa del Padre, también nuestros portales tienen una historia, y no solo la hecha con sucesivos cambios de diseño, sino con el fluir de vidas personales que pasaron y dejaron huella.
Por eso deseo recordar hoy, y abrir este pequeño espacio, a cuantos pasaron por ETF y dejaron ya esta vida.
No es fácil el intento, porque no es fácil enterarse. Simplemente a veces una persona deja de venir, y uno cree que dejó de interesarse, pero no, lo que ocurrió es que murió... o viceversa, quizás solo perdió interés en el sitio, y la desaparición nos hace pensar que murió. Es muy difícil que alguien venga a avisarnos que tal o cual usuario habitual del sitio falleció, pero como sé de algunos, deseo dejar en este espacio una oración por ellos, y hacerla extensiva a todos aquellos de cuyo nombre no llegamos a saber.
Eduardo nació el 22 de septiembre (detestaba que dijeran “setiembre”) de 1955, en la ciudad de Buenos Aires. Hijo de un Coronel del Ejército, pasó su infancia en distintos lugares del país. Con su mujer, Mónica, tuvo cuatro hijos: Gonzalo, Francisco, Mariana y Santiago. Pocos años después de casarse se mudaron a Bella Vista, pcia. de Buenos Aires, donde vivió hasta su muerte, y donde todavía hoy viven su mujer y todos sus hijos.
Le gustaba jugar al paddle y al tenis, cantar, hacer asados, ir al cine. Le encantaba el mar. Su muerte temprana le impidió conocer a sus nietos (siete al 2020), pero siempre le gustaron los niños, y seguramente goza desde el Cielo viendo cómo crece su familia.
Su relación con la Fe tuvo sus idas y venidas, y su encuentro con ETF fue sin dudas una gracia que Dios le mandó en sus últimos años para, sin saberlo, volverse a Él antes de partir.
Murió el 6 de junio de 2009, luego de una internación de más de un mes, asistido por los sacramentos, y con el acompañamiento de su mujer, hijos, y hermanos.
Debo esta pequeña y hermosa semblanza a su hijo Gonzalo. Solo agrego que Eduardo se hizo querer enseguida, y que no hay nadie del grupo de los que participábamos en los foros en aquellos años que no lo recuerde con mucho cariño.
Participaba con su mismo nombre de Eduardo, y sus escritos en el foro pueden leerse a través de esta búsqueda. Como inicialmente se había puesto de sobrenombre Eduresu, para quienes deseen seguirlo desde su autopresentación tienen que comenzar por estos primeros mensajes.
Susana Bergna nació en la ciudad de La Plata, en la Rep. Argentina. Tenía una hermana gemela, Martha, y entre las dos participaban activamente de la vida católica.
Era docente, pero además de dedicarse con honestidad y tesón a sus tareas profesionales, aun desbordaba en su pertenencia a la Acción Católica, Focolares, Legión de María, Apostolado de la Oración y otros movimientos.
Tenía especial devoción por María Auxiliadora y Santa Teresita. Y era ambién consagrada en la asociación "Las fieles amigas de Betania", que rezan por los sacerdotes.
En ETF estuvo, junto con Martha, desde los primeros días, y así participaron en los foros, sobre todo siguiendo y aportando las noticias provida, así como en muchas tareas de organización del sitio, en el que daban una mano revisando la biblioteca, o el devocionario.
Estuvieron también desde la primera hora en el grupo de oración, cuando aun no existía skype y rezábamos escribiendo cada uno en su turno la estrofa del salmo en el viejo Messenger solo texto.
Susana y Martha son dos mujeres de oración y de piedad, una quedó rezando con nosotros hasta hoy cada día en la tierra, la otra lo hace también cada día, desde la morada eterna, donde todos volveremos a reunirnos, sin Skype, para cantar la gloria de nuestro Creador y Señor.
La semblanza y fotografía estarán disponibles en breve. Quienes deseen consultar sus riquísimos mensajes en el foro pueden buscarlos con esta dirección
Francisco nació en San Nicolás de los Arroyos, Pcia. de Buenos Aires, Argentina, el 7 de octubre de 1933, aunque vivió en San Pedro, también Pcia. de Buenos Aires.
Marta, su esposa, fue compañera tanto de vida como de fe, ya que a partir de 1981 se integraron, junto con el sacerdote Ricardo Facci, en un movimiento naciente, "Hogares Nuevos", que fue el gran emprendimiento evangelizador que movió la vida de Francisco y Marta.
En cuanto a ETF, no sé exactamente cómo supo de nuestro grupo de oración diario por skype, y comenzó a asistir. Lo hacía cada día durante los últimos dos o tres años, aportando su espiritualidad sencilla y profunda, y su sed de conocer cada vez más la Palabra de Dios.
Agradecemos haber tenido a Francisco, aunque poco tiempo, compañero en este camino.
La cartilla del movimiento Hogares Nuevos escrita en homenaje a Francisco por su fallecimiento, cuenta que "en los últimos tiempos comentaba a sus amigos íntimos que deseaba partir a la casa del Padre, porque iba a ser “hermoso el encuentro con Él”."
Está ahora seguramente allí, en el banquete eterno, disfrutando de esa Presencia que cada día invocaba en la oración del Oficio de Lecturas.