reneo pertenecía a una colonia griega, de Asia Menor, establecida en Galia. Se cree que nació cerca de Esmirna. Fue discípulo de san Policarpo, se manifestará conocedor y defensor de la tradición apostólica, sobre todo cuando impugne el racionalismo gnóstico en su gran obra
Contra los herejes, mejor titulada
Descubrimiento y refutación de la falsamente llamada gnosis. Bajo el emperador Marco Aurelio era presbítero de la Iglesia de Lyon, cuya sede episcopal ocupó como sucesor del obispo y mártir san Fotino (año 177 o el siguiente).
Se interesó por las cuestiones teológicas discutidas en su patria asiática y fue a Roma para refutar el montanismo, originado también en Asia Menor. Conciliador, recomendó al papa Víctor I que se entendiese con los cuartodecimanos en la cuestión de la datación anual de la Pascua. Carece-mos de información sobre los últimos años de la vida de Ireneo; no se ha demostrado que muriese mártir, como pretende san Gregorio de Tours. Desde el año 2022 la Iglesia venera a Ireneo como santo doctor de la Iglesia. Murió hacia el año 202, y la tradición antigua lo identificó como mártir, aunque probablemente no lo sea.
San Ireneo es uno de los teólogos más grandes del siglo II. La obra citada
Contra los herejes viene a ser una gran síntesis de la teología cristiana, notable por su antigüedad y por la aproximación histórica a la tradición apostólica. La idea central de Ireneo es la
recapitulación (
anakephaláiosis, en griego), expresión que ya sale dos veces en el Nuevo Testamento, en Rm 13,9 y Ef 1,10. Ireneo la usa para expresar que Jesucristo recapitula o resume en sí (por eso quiso nacer como niño) la historia de los hombres, desde Adán, en quien el hombre era niño, y perfecciona la alianza pactada entre Noé y Dios, y entre Moisés y Dios. No sólo el Antiguo Testamento estaba preordenado a Jesucristo, sino toda la creación, que apuntaba, por así decir, hacia la encarnación del Verbo, en la que el mundo se hace espiritual y Jesucristo queda constituido cabeza de la Iglesia y como clave de bóveda de todo el universo. Jesucristo lleva a cabo esa recapitulación por la restauración que hace de la creación por medio de su obra salvadora, la cual culmina en la resurrección, la última perfección, que alcanzan sólo quienes han sido fieles a Cristo.
La Liturgia de las Horas ofrece las mejores páginas de Ireneo. He aquí la lista, con las indicaciones de los días y los temas de las lecturas:
1. 25 de abril (san Marcos). Profesión de fe de Ireneo.
2. Pentecostés. El Espíritu Santo nos adapta a Dios.
3. Martes IV del tiempo ordinario. El Verbo es hombre perfecto para que nosotros seamos hijos de Dios.
4. 19 de diciembre. Dios es la gloria del hombre (cf. núm. 12).
5. Miércoles I del tiempo ordinario. El Verbo es la única revelación del Padre. La salvación sólo está en el Padre, en el Hijo y en el Espíritu Santo.
6. Sábado después de Ceniza. Dios no tiene necesidad del hombre, el hombre necesita a Dios.
7. Miércoles II de Cuaresma. Tipología de Israel, cuya historia tiene una función pedagógica para conducirnos a Dios.
8. Viernes II de Cuaresma. Continuación de la lectura anterior.
9. Sábado XVIII del tiempo ordinario. La profecía de Malaquías 1,11 sobre el sacrificio puro y universal se cumple en la Eucaristía.
10. Sábado II del tiempo ordinario. El sacrificio que ofrece la Iglesia es acción de gracias por las cosas creadas, es comunión y es esperanza de la resurrección.
11. Miércoles IV de Adviento. La visión de Dios por el Hijo y por el Espíritu Santo.
12. 28 de junio (san Ireneo). El hombre viviente es gloria de Dios; la vida del hombre es la visión de Dios.
13. Jueves III de Pascua. La Eucaristía es sacrificio redentor y contiene la resurrección.
14. Viernes II de Adviento. Doctrina de la recapitulación.
La Liturgia de las Horas no utiliza la otra obra conservada de san Ireneo: la
Demostración de la predicación apostólica, obra muy bella y que ofrece páginas muy aptas para la lectura espiritual. Pero el antiguo breviario no utilizaba para nada a Ireneo.
Ireneo de Lyon escribió otros tratados que sólo conocemos por referencias; no han llegado hasta nosotros
A. O.