El Mesías, los mesías
Para los cristianos Jesús es el Mesías, aún hay personas que piensan que Mesías, equivale a Dios, lo que naturalmente no tiene nada que ver. Sabemos que el Pueblo judío, sigue esperando el Mesías, ya que no aceptan, a Jesús, salvo los llamados judíos mesiánicos
El problema está en la palabra, Mesías, palabra hebrea, o aramea, que significa lo mismo que la griega, Cristo, y, está en castellano, significa “ungido”
El ungido era el rey de Israel, o Judá, ungido, porque le echaban por encima, un litro de aceite de oliva. El primer ungido fue Saúl, pero Dios según el 1º libro de Samuel lo rechazo, y, ungió definitivamente por medio de Samuel a David, al que nunca le quito su apoyo, aunque David de angelito no tuviese nada. El Ungido era pues el Rey, del Pueblo elegido, y, ungido, porque lo era físicamente, así, volviendo al vocabulario, el primer Mesías habría sido Saúl, al hacerse indigno ante Dios, lo sería David.
Después el reino de David, se oculta, bueno desaparece, y, los profetas hablan de un nuevo David, de un nuevo Ungido
Ahora llegamos a Jesús, Jesús físicamente no fue ungido, es más, cuando quisieron hacerlo rey, ceremonia en la que habría sido ungido, se escapo.
Sin embargo el catecismo que yo estudie de pequeña, decía al explicar y muy bien, que significaba la palabra, “Cristo, y, Mesías”, que Jesús, si había sido ungido, ungido con la divinidad, ungido con El, Espíritu Santo, por eso, es el Mesías por antonomasia, el aceite que lo consagra, no es el que sale del olivo, sino el Espíritu Santo
Y, ahí llegamos a los cristianos, palabra que deriva de Cristo, y, que como sabemos se empezó a usar en Antioquía, pero aunque la intención de los que nos pusieron lo que para ellos. No pasaba de ser un mote, un apodo, un derivado de la palabra, Cristo
No deja de ser una definición, de hecho somos ungidos en el bautismo, en la confirmación y en la unción, somos hechos Cristos, al ser incorporados a Él, por eso me gusto, una frase que leí el otro día, de San Agustín, los cristianos, “son Cristo”
Lo que no puede tener otro significado, que el ser conscientes de que tenemos que continuar la labor que empezó Jesús, nuestra Cabeza
Y, que se encuentra en la lectura de Isaías que proclamo en la Sinagoga. Aunque me parece que nos queda muy lejos, al menos a mí, y, creo no soy la única
Un abrazo
Maite
“Oraban con María, esperando la venida de lo Alto”