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El Testigo Fiel
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XV Domingo del Tiempo Ordinario Ciclo A, solemnidad
Salterio: domingo de la tercera semana
Vísperas - versión simple · sin opciones
Inicio

(se hace la señal de la cruz mientras se dice:)
V/. -Dios mío, ven en mi auxilio.
R/. -Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya
 
Himno
¿Qué ves en la noche,
dinos centinela?

Dios como un almendro
con la flor despierta;
Dios que nunca duerme
busca quien no duerma,
y entre las diez vírgenes
sólo hay cinco en vela.
¿Qué ves en la noche,
dinos centinela?

Gallos vigilantes
que la noche alertan.
Quien negó tres veces
otras tres confiesa,
y pregona el llanto
lo que el miedo niega.
¿Qué ves en la noche,
dinos centinela?

Muerto lo bajaban
a la tumba nueva.
Nunca tan adentro
tuvo al sol la tierra.
Daba el monte gritos,
piedra contra piedra.
¿Qué ves en la noche,
dinos centinela?

Vi los cielos nuevos
y la tierra nueva.
Cristo entre los vivos,
y la muerte muerta.
Dios en las criaturas,
¡y eran todas buenas! Amén.

(Del himnario latino: Lucis creator optime):



Hacedor de la luz: Tú que creaste
La que brilla en los días de este suelo.
y que mediante sus primeros rayos
Diste principio al universo entero;

Tú que nos ordenaste llamar día
Al tiempo entre la aurora y el ocaso,
Ahora que la noche se aproxima
Oye nuestra oración y nuestro llanto.

Que cargados con todas nuestras culpas
No perdamos el don de la otra vida,
Al no pensar en nada duradero
Y al continuar pecando todavía.

Y que evitando todo lo dañoso,
Y a cubierto de todo lo perverso,
Empujemos las puertas celestiales
Y arrebatemos el eterno premio.

Escucha nuestra voz, piadoso Padre,
Que junto con tu Hijo Jesucristo
Y con el Santo Espíritu Paráclito
Reinas y reinarás en todo siglo. Amén.
Salmodia
Salmo 109,1-5.7: El Mesías, Rey y Sacerdote
Ant: Oráculo del Señor a mi Señor: «Siéntate a mi derecha». Aleluya.
Oráculo del Señor a mi Señor:
«Siéntate a mi derecha,
y haré de tus enemigos
estrado de tus pies».
Desde Sión extenderá el Señor
el poder de tu cetro:
somete en la batalla a tus enemigos.

«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,
entre esplendores sagrados;
yo mismo te engendré, como rocío,
antes de la aurora».

El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:
«Tú eres sacerdote eterno,
según el rito de Melquisedec».

El Señor a tu derecha, el día de su ira,
quebrantará a los reyes.
En su camino beberá del torrente,
por eso, levantará la cabeza.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: Oráculo del Señor a mi Señor: «Siéntate a mi derecha». Aleluya.
Salmo 110: Grandes son las obras del Señor
Ant: El Señor, piadoso y clemente, ha hecho maravillas memorables. Aleluya.
Doy gracias al Señor de todo corazón,
en compañía de los rectos, en la asamblea.
Grandes son las obras del Señor,
dignas de estudio para los que las aman.

Esplendor y belleza son su obra,
su generosidad dura por siempre;
ha hecho maravillas memorables,
el Señor es piadoso y clemente.

Él da alimento a sus fieles,
recordando siempre su alianza;
mostró a su pueblo la fuerza de su obrar,
dándoles la heredad de los gentiles.

Justicia y verdad son las obras de sus manos,
todos sus preceptos merecen confianza:
son estables para siempre jamás,
se han de cumplir con verdad y rectitud.

Envió la redención a su pueblo,
ratificó para siempre su alianza,
su nombre es sagrado y temible.

Primicia de la sabiduría es el temor del Señor,
tienen buen juicio los que lo practican;
la alabanza del Señor dura por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: El Señor, piadoso y clemente, ha hecho maravillas memorables. Aleluya.
Apocalipsis 19,1-7: Las bodas del Cordero
Ant: Reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo. Aleluya.
Aleluya.
La salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios,
porque sus juicios son verdaderos y justos.
Aleluya.

Aleluya.
Alabad al Señor, sus siervos todos,
los que le teméis, pequeños y grandes.
Aleluya.

Aleluya.
Porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo,
alegrémonos y gocemos y démosle gracias.
Aleluya.

Aleluya.
Llegó la boda del Cordero,
su esposa se ha embellecido.
Aleluya.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: Reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo. Aleluya.
Lectura Bíblica
Lectura de la primera carta de Pedro
1P 1,3-5
Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que en su gran misericordia, por la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, nos ha hecho nacer de nuevo para una esperanza viva, para una herencia incorruptible, pura, imperecedera, que os está reservada en el cielo. La fuerza de Dios os custodia en la fe para la salvación que aguarda a manifestarse en el momento final.
V/. Bendito eres, Señor, en la bóveda del cielo.
R/. Bendito eres, Señor, en la bóveda del cielo.
V/. Digno de gloria y alabanza por los siglos.
R/. En la bóveda del cielo.
V/. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R/. Bendito eres, Señor, en la bóveda del cielo.
Cántico Evangélico
Ant: Jesús dijo a sus discípulos: «A vosotros se os ha concedido conocer los secretos del reino.»

(se hace la señal de la cruz mientras se comienza a recitar)
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: Jesús dijo a sus discípulos: «A vosotros se os ha concedido conocer los secretos del reino.»
Preces
Invoquemos a Dios, nuestro Padre, que maravillosamente creó al mundo, lo redimió de forma más admirable aún y no cesa de conservarlo con amor, y digámosle con alegría:
Renueva, Señor, las maravillas de tu amor
  • - Te damos gracias, Señor, porque, a través del mundo, nos has revelado tu poder y tu gloria;
    haz que sepamos ver tu providencia en los avatares del mundo
  • - Tú que por la victoria de tu Hijo en la cruz, anunciaste la paz al mundo,
    líbranos de toda desesperación y de todo temor
  • - A todos los que aman la justicia y trabajan por conseguirla,
    concédeles que cooperen, con sinceridad y concordia, en la edificación de un mundo mejor
  • - Ayuda a los oprimidos, consuela a los afligidos, libra a los cautivos, da pan a los hambrientos, fortalece a los débiles,
    para que en todos se manifieste el triunfo de la cruz
  • - Tú que al tercer día resucitaste gloriosamente a tu Hijo del sepulcro,
    haz que nuestros hermanos difuntos lleguen también a la plenitud de la vida
Se pueden añadir algunas intenciones libres.
Concluyamos nuestra súplica con la oración que el mismo Señor nos enseñó:
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
Final
Oh Dios, que muestras la luz de tu verdad a los que andan extraviados para que puedan volver al buen camino, concede a todos los cristianos rechazar lo que es indigno de este nombre, y cumplir cuanto en él se significa. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
Amén.
Si el que preside no es un ministro ordenado, o en el rezo individual:

(se hace la señal de la cruz mientras se dice:)
V/. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R/. Amén.
 
Si el que preside es un ministro ordenado, utiliza una de estas dos fórmulas finales:
(Fórmula larga)
V/. El Señor esté con vosotros.
R/. Y con tu espíritu.
V/. La paz de Dios, que sobrepasa todo juicio, custodie vuestros corazones y vuestros pensamientos en el conocimiento y el amor de Dios y de su Hijo Jesucristo, nuestro Señor.
R/. Amén.
V/. Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros.
R/. Amén.
 
(Fórmula breve)
V/. El Señor esté con vosotros.
R/. Y con tu espíritu.
V/. La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros.
R/. Amén.
 
Si se despide a la asamblea se añade:
V/. Podéis ir en paz.
R/. Demos gracias a Dios.
 
En el rezo comunitario de ETF acostumbramos añadir:
V/. Desde la salida del sol hasta su ocaso...
R/. Bendigamos el nombre del Señor.
 
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