Santo Niño del Remedio,
dulce emblema de ternura,
encanto del alma mía,
mi amor, mi bien, mi ventura.
Remedia todos mis males,
atiende mis peticiones,
consuela todas mis penas
y escucha mis oraciones.
En tanto que, reverente,
Niño Divino y Glorioso,
te digo con alma y vida:
Salúdote Niño hermoso.
leer sobre esta advocación leer o pedir intenciones de oración
Fue, sin duda, el pueblo de Madrid quien "elevó a los altares" esta imagen del Santo Niño del Remedio. Desconocida hasta aproximadamente el año 1897, pertenecía a una dama distinguida, de la que ignoramos su nombre, que al trasladarse a vivir fuera de España decidió deshacerse y vender sus pertenencias entre las que se encontraba esta talla del Niño Jesús o Niño de la Pasión fechada a finales del siglo XVI o principios del XVII.
Comprada por cien pesetas, D. Pedro Martín Mazarruela la llevó a su casa donde la instaló en la trastienda de un taller de imprenta que poseía en la Costanilla de los Ángeles nº4, calle muy céntrica de Madrid. .
Junto a su mujer y sus dos hijas, todas las tardes al terminar el trabajo, se reunían en una capilla levantada ex profeso en el interior de la casa en honor al "Divino Niño" y allí elevaban sus oraciones pidiendo al buen Dios por todas sus intenciones y necesidades.
Muy pronto en el vecindario se corrió la voz de la existencia de esta imagen, que a decir por sus dueños y más tarde por quienes la visitaban era milagroso y respondía solícito a remediar todos los males. La afluencia iba en aumento. Don Pedro ayudado por un matrimonio que había recibido muchos favores a través del Niño costearon la ampliación de la capilla ya existente. Entre los devotos que acudieron a la humilde casa de la familia Mazarruela cabe destacar la presencia que un día y de incógnito hizo la reina Mª Cristina, madre de Alfonso XIII, pidiendo al Santo Niño la protección de su hijo. Esto trajo, no cave duda, un aumento de la devoción del pueblo de Madrid hacia la sagrada imagen.
Don Pedro, su familia y el capellán de una iglesia cercana, Santa Catalina de los Donados (capilla donde hoy se encuentra expuesta al público la imagen del Santo Niño); piensan en ponerle un a la talla, pues aún no lo tenía. Y echándolo a suertes, no sin antes haber celebrado una misa pidiendo ayuda al cielo, lo eligen entre los nombres de Niño de la Esperanza, del Perdón, del Consuelo y del Remedio. Hay que señalar que repetida dos veces la elección, la providencia quiso que en ambas ocasiones saliera este último. Desde entonces se conoce a esta imagen con el nombre del Santo Niño del Remedio.
Inmediatamente se fundó una congregación, se escribieron una novena, un triduo y la famosa oración que todavía hoy se reza al Santo Niño. Se vio, entonces, la necesidad de buscarle un lugar de culto; y mientras se encontraba la capilla definitiva se trasladó a la Iglesia de Santa Cruz en la calle de Atocha. En 1917 se lleva en procesión a su nuevo y definitivo oratorio situado en la calle de los Donados nº6. Desde ese momento y hasta nuestros días han sido y son numerosos los fieles que se acercan a venerar la imagen del Santo Niño del Remedio.
No podemos ocultar que la talla ha sufrido varias restauraciones; y que a lo largo de los siglos la imagen haya sido retocada por distintas manos que dejaron su huella. Sabemos que en el siglo XVIII la cabeza fue cortada para introducirle unos ojos de cristal según la moda de entonces. En épocas posteriores se le agasajó con joyas o se le pusieron pestañas postizas. En la última restauración hubo que reconstruirle el pie derecho que había desaparecido prácticamente por tantos besos de los devotos. Hoy lo cubre un zapatito de plata impidiendo así el deterioro.
Santo Niño del Remedio, Niño de la Pasión con el rostro triste comprendiendo el fin que le depara; sujetando la cruz en la mano no huye de su destino, sino que caminando da un paso al frente en actitud pronta para redimir al hombre.
Imagen amada en Madrid. Todos los días acuden cientos de devotos a compartir con él los secretos de sus corazones; y donde todos los días 13 de cada mes el número de gente se multiplica para poder besarlo ya que desciende del camarín para estar al alcance de todos.
El 29 de enero de 1993 el Oratorio del Santo Niño del Remedio fue adscrito a la Acción Católica General de Madrid. Así lo quiso el entonces cardenal Don Angel Suquía, quien viendo la gran devoción que el pueblo de Madrid profesa al Santo Niño, nombró al consililario de la A.C. rector de la capilla con el propósito de favorecer una más intensa formación cristiana a los fieles que por allí pasan todos los días.