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El Testigo Fiel
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Documentación: Concilio Vaticano II

Necesidad de inculcar sentimientos que llevan a la paz

fuente: Constitución pastoral Gaudium et spes, sobre la Iglesia en el mundo actual (núms. 82-83)
Se utiliza en: Lunes, XXXI semana del Tiempo Ordinario (lecc. único)
Lunes, XXXII semana del Tiempo Ordinario (par)

Procuren los hombres no limitarse a confiar sólo en el esfuerzo de unos pocos, descuidando su propia actitud mental. Pues los gobernantes de los pueblos, como gerentes que son del bien común de su propia nación y promotores al mismo tiempo del bien universal, están enormemente influenciados por la opinión pública y por los sentimientos del propio ambiente. Nada podrían hacer en favor de la paz si los sentimientos de hostilidad, desprecio y desconfianza, y los odios raciales e ideologías obstinadas, dividieran y enfrentaran entre sí a los hombres. De ahí la urgentísima necesidad de una reeducación de las mentes y de una nueva orientación de la opinión pública.

Quienes se consagran a la educación de los hombres, sobre todo de los jóvenes, o tienen por misión educar la opinión pública consideren como su mayor deber el inculcar en todas las mentes sentimientos nuevos, que llevan a la paz. Es necesario que todos convirtamos nuestro corazón y abramos nuestros ojos al mundo entero, pensando en aquello que podríamos realizar en favor del progreso del género humano si todos nos uniéramos.

No deben engañarnos las falsas esperanzas. En efecto, mientras no desaparezcan las enemistades y los odios y no se concluyan pactos sólidos y leales para el futuro de una paz universal, la humanidad, amenazada ya hoy por graves peligros, a pesar de sus admirables progresos científicos, puede llegar a conocer una hora funesta en la que ya no podría experimentar otra paz que la paz horrenda de la muerte. La Iglesia de Cristo, que participa de las angustias de nuestro tiempo, mientras denuncia estos peligros no pierde con todo la esperanza; por ello, no deja de proponer al mundo actual, una y otra vez, con oportunidad o sin ella, aquel mensaje apostólico: Ahora es tiempo favorable, para que se opere un cambio en los corazones, ahora es día de salvación.

Para construir la paz es preciso que desaparezcan primero todas las causas de discordia entre los hombres, que son las que engendran las guerras; entre estas causas deben desaparecer principalmente las injusticias. No pocas de estas injusticias tienen su origen en las excesivas desigualdades económicas y también en la lentitud con que se aplican los remedios necesarios para corregirlas. Otras injusticias provienen de la ambición de dominio, del desprecio a las personas, y, si queremos buscar sus causas más profundas, las encontraremos en la envidia, la desconfianza, el orgullo y demás pasiones egoístas. Como el hombre no puede soportar tantos desórdenes, de ahí se sigue que, aun cuando no se llegue a la guerra, el mundo se ve envuelto en contiendas y violencias.

Además, como estos mismos males se encuentran también en las relaciones entre las diversas naciones, se hace absolutamente imprescindible que, para superar o prevenir esas discordias y para acabar con las violencias, se busque, como mejor remedio, la cooperación y coordinación entre las instituciones internacionales, y se estimule sin cesar la creación de organismos que promuevan la paz.

Otras lecturas del mismo autor

Cristo, plenitud de la revelación - [Constitución dogmática Dei Verbum, sobre la divina revelación (Núms. 3-4)]
Yo salvaré a mi pueblo - [Constitución dogmática Lumen Gentium (Núms. 2 y 16)]
La Iglesia, sacramento visible de la unidad - [Constitución Dogmática Lumen Gentium, 9]
Somos hijos de Dios y constituimos una familia en Cristo - [Constitución dogmática Lumen gentium, sobre la Iglesia (Cap. 7, 50-51)]
La Iglesia es en Cristo como un sacramento o señal de la íntima unión con Dios - [Constitución dogmática Lumen gentium, sobre la Iglesia (Núms. 1-3)]
Yo soy el alfa y la omega, el primero y el último - [Constitución pastoral Gaudium et spes (núm. 40.45)]
La esperanza de la tierra nueva - [Constitución pastoral Gaudium et spes, sobre la Iglesia en el mundo actual (núm. 39)]
Santidad del matrimonio y de la familia - [Constitución pastoral Gaudium et spes, sobre la Iglesia en el mundo actual (núm. 48)]
Naturaleza de la paz - [Constitución pastoral Gaudium et spes, sobre la Iglesia en el mundo actual (núm. 78)]
El misterio de la muerte - [Constitución pastoral Gaudium et spes, sobre la Iglesia en el mundo actual (núms. 18.22)]
Sobre la actividad humana en todo el mundo - [Constitución pastoral Gaudium et spes, sobre la Iglesia en el mundo actual (núms. 33-34)]
La actividad humana - [Constitución pastoral Gaudium et spes, sobre la Iglesia en el mundo actual (Núms. 35-36)]
Papel de los cristianos en la construcción de la paz - [Constitución pastoral Gaudium et spes, sobre la Iglesia en el mundo actual (núms. 88-90)]
La economía de la salvación - [Constitución Sacrosanctum Concilium sobre la sagrada liturgia (núm. 5-6)]
La Iglesia sigue a su único esposo, Cristo - [Del Decreto Perfecta caritatis, sobre la adecuada renovación de la vida religiosa (Núms. 1.5.6.12)]
Id y haced discípulos de todos los pueblos - [Del Decreto Ad gentes, sobre la actividad misionera de la Iglesia (Núms. 4-5)]
Hay que anunciar, con toda libertad, el misterio de Cristo - [Del Decreto Ad gentes, sobre la actividad misionera de la Iglesia, 23-24]
Disponibles para toda obra buena - [Del Decreto Christus Dominus, sobre el deber pastoral de los obispos en la Iglesia, 12-13.16]
Vocación de los presbíteros a la perfección - [Del Decreto Presbyterorum ordinis, sobre el ministerio y la vida de los presbíteros,12]
El Espíritu Santo enviado a la Iglesia - [Lumen Gentium 4 y 12]
María, tipo de la Iglesia - [Lumen Gentium 63-65]
Cristo está presente en su Iglesia - [Sacrosanctum Concilium 7-8.106]
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