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El Testigo Fiel
formación, reflexión y amistad en la fe, con una mirada católica ~ en línea desde el 20 de junio de 2003 ~
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Documentación: Cipriano, obispo y mártir
En Cartago, de la África romana, pasión de san Cipriano, obispo muy esclarecido en santidad y doctrina, que gobernó sabiamente la Iglesia en tiempos difíciles, consolidó la fe de los cristianos en medio de tribulaciones, y, en tiempo del emperador Galieno, después de sufrir un penoso exilio, consumó su fe en el martirio, decapitado por orden del procónsul ante gran concurrencia de pueblo. Su memoria se celebra también pasado mañana.

Hay que orar no sólo con palabras, sino también con hechos

fuente: Tratado sobre el Padrenuestro (Caps. 28-30: CSEL 3,287-289)
Se utiliza en: Sábado, XI semana del Tiempo Ordinario (lecc. único)

No es de extrañar, queridos hermanos, que la oración que nos enseñó Dios con su magisterio resuma todas nuestras peticiones en tan breves y saludables palabras. Esto ya había sido predicho anticipadamente por el profeta Isaías, cuando, lleno de Espíritu Santo, habló de la piedad y la majestad de Dios, diciendo: Palabra que acaba y abrevia en justicia, porque Dios abreviará su palabra en todo el orbe de la tierra. En efecto, cuando vino aquel que es la Palabra de Dios en persona, nuestro Señor Jesucristo, para reunir a todos, sabios e ignorantes, y para enseñar a todos, sin distinción de sexo o edad, el camino de salvación, quiso resumir en un sublime compendio todas sus enseñanzas, para no sobrecargar la memoria de los que aprendían su doctrina celestial y para que aprendiesen con facilidad lo elemental de la fe cristiana.

Y así, al enseñar en qué consiste la vida eterna, nos resumió el misterio de esta vida en estas palabras tan breves y llenas de divina grandiosidad: Ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, único Dios verdadero, y a tu enviado, Jesucristo. Asimismo, al discernir los primeros y más importantes mandamientos de la ley y los profetas, dice: Escucha, Israel; el Señor, Dios nuestro, es el único Señor; y: Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser. Éste es el primero. El segundo es semejante a él: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Estos dos mandamientos sostienen la ley entera y los profetas. Y también: Tratad a los demás como queréis que ellos os traten; en esto consiste la ley y los profetas.

Además, Dios nos enseñó a orar no sólo con palabras, sino también con hechos, ya que él oraba con frecuencia, mostrando, con el testimonio de su ejemplo, cuál ha de ser nuestra conducta en este aspecto; leemos, en efecto: Jesús solía retirarse a despoblado para orar; y también: Subió a la montaña a orar, y pasó la noche orando a Dios.

El Señor, cuando oraba, no pedía por sí mismo -¿qué podía pedir por sí mismo, si él era inocente?-, sino por nuestros pecados, como lo declara con aquellas palabras que dirige a Pedro: Satanás os ha reclamado para cribaros como trigo. Pero yo he pedido por ti; para que tu fe no se apague. Y luego ruega al Padre por todos, diciendo: No sólo por ellos ruego, sino también por los que crean en mi por la palabra de ellos, para que todos sean uno, como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también lo sean en nosotros.

Gran benignidad y bondad la de Dios para nuestra salvación: no contento con redimirnos con su sangre, ruega también por nosotros. Pero atendamos cuál es el deseo de Cristo, expresado en su oración: que así como el Padre y el Hijo son una misma cosa, así también nosotros imitemos esta unidad.

Otras lecturas del mismo autor

Fe inquebrantable - [(Carta 10, 2-3.5: CSEL 3,491-492.494-495)]
La lucha por la fe - [(Carta 58, 8-9.11: CSEL 3, 663-666)]
Fabián nos da ejemplo de fe y de fortaleza - [(Cartas 9,1;8,2-3: CSEL 3,488-489.487-488)]
Una fe generosa y firme - [Carta 60, 1-2.5 (CSEL 3,691-692.694-695)]
Los sacramentos vitales - [Cartas (Carta 63, 8-9: CSEL 3, parte 2, 706-708)]
En la persecución se inflige la muerte, pero sigue la inmortalidad - [Del tratado a Fortunato (Cap. 13; CSEL 3,346-347)]
El coro numeroso de las vírgenes acrecienta el gozo de la madre Iglesia - [Del Tratado sobre el comportamiento de las vírgenes (Núms 3-4.22.23: CSEL 3,189-190.202-204)]
Pedimos de modo que nuestra oración recabe la salvación de todos - [Del Tratado sobre el Padrenuestro (Tratado 17-18: CSEL 3, 279-281)]
Es cristiano el que en todo imita a Cristo - [Sermón atribuido (PLS 1, 51-52)]
La esperanza nos sostiene - [Sobre los bienes de la paciencia 13 y 15]
El que da la vida nos enseñó a orar - [Tratado sobre el Padrenuestro (Caps. 1-3: CSEL 3,267-268)]
Santificado sea tu nombre - [Tratado sobre el Padrenuestro (Caps. 11-12: CSEL 3,274-275)]
Venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad - [Tratado sobre el Padrenuestro (Caps. 13-15: CSEL 3,275-278)]
Después del alimento, pedimos el perdón de los pecados - [Tratado sobre el Padrenuestro (Caps. 18.22: CSEL 3,280-281.283-284)]
Que los que somos hijos de Dios permanezcamos en la paz de Dios - [Tratado sobre el Padrenuestro (Caps. 23-24: CSEL 3,284-285)]
La oración ha de salir de un corazón humilde - [Tratado sobre el Padrenuestro (Caps. 4-6: CSEL 3, 268-270)]
Nuestra oración es pública y común - [Tratado sobre el Padrenuestro (Caps. 8-9: CSEL 3,271-272)]
Venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad - [Tratado sobre el Padrenuestro (Tratado 13-14: CSEL 3, 275-277)]
No anteponer nada a Cristo - [Tratado sobre el Padrenuestro (Tratado 15-16: CSEL 3, 277-279)]
No os agobiéis por el mañana - [Tratado sobre el Padrenuestro (Tratado 19-20: CSEL 3, 281-282)]
Después del alimento, pedimos el perdón de los pecados - [Tratado sobre el Padrenuestro (Tratado 22-23: CSEL 3, 283-285)]
Que los que somos hijos de Dios permanezcamos en la paz de Dios - [Tratado sobre el Padrenuestro (Tratado 24-25: CSEL 3, 285-286)]
Velad y orad - [Tratado sobre el Padrenuestro (Tratado 26-27: CSEL 3, 286-287)]
Hay que orar no sólo con palabras, sino también con los hechos - [Tratado sobre el Padrenuestro (Tratado 28-29: CSEL 3, 287-288)]
El Señor oraba por nuestros pecados - [Tratado sobre el Padrenuestro (Tratado 30-31: CSEL 3, 288-290)]
Buena es la oración con el ayuno y la limosna - [Tratado sobre el Padrenuestro (Tratado 32-33: CSEL 3, 290-292)]
Los cristianos han de adorar a Dios frecuentemente y siempre - [Tratado sobre el Padrenuestro (Tratado 34-35: CSEL 3, 292-293)]
Los que estamos siempre en Cristo, no cesemos de orar ni siquiera de noche - [Tratado sobre el Padrenuestro (Tratado 36: CSEL 3, 293-294)]
Cristo nos dio la paz y nos mandó que tuviéramos un solo corazón y una sola alma - [Tratado sobre la unidad de la Iglesia católica (12-14: CCL 3, 257-259)]
Los mártires están reservados para la diadema del Señor - [Tratado sobre los apóstatas (Cap 2, PL 4,479-480)]
Volved a mí, dice el Señor - [Tratado sobre los bienes de la paciencia (Tratado 3-4: CSEL 3, 398-399)]
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