Esta web utiliza cookies, puedes ver nuestra política de cookies, aquí Si continuas navegando estás aceptándola
Política de cookies +
El Testigo Fiel
formación, reflexión y amistad en la fe, con una mirada católica ~ en línea desde el 20 de junio de 2003 ~
rápido, gratis y seguro
conservar sesión
  • Por sobre todo, los miembros registrados dan forma y sentido a este sitio, para que no sea solamente un portal de servicios sino una verdadera comunidad de formación, reflexión y amistad en la Fe.
  • Además tienes ventajas concretas en cuanto al funcionamiento:
    • Tienes reserva del nombre, de modo que ningún invitado puede quedarse con tu identidad.
    • En los foros, puedes variar diversas opciones de presentación (color de fondo, cantidad de mensajes por página, etc.), así como recibir mail avisándote cuando respondan a cuestiones de tu interés.
    • También puedes llevar un control sobre los mensajes que leíste y los que no, o marcarlos para releer.
    • Puedes utilizar todas las funciones de la Concordancia Bíblica on-line.
registrarme
rápido, gratis y seguro
«Mira que estoy a la puerta y llamo,
si alguno oye mi voz y me abre la puerta,
entraré en su casa y cenaré con él, y él conmigo...»
formación, reflexión y amistad en la fe, con una mirada católica ~ en línea desde el 20 de junio de 2003 ~
Documentación: Ambrosio de Milán, obispo y doctor de la Iglesia
Memoria de san Ambrosio, obispo de Milán, y doctor de la Iglesia, que descansó en el Señor el día cuatro de abril, fecha que en aquel año coincidía con la vigilia pascual, pero que se le venera en el día de hoy, en el cual, siendo aún catecúmeno, fue escogido para gobernar aquella célebre sede, mientras desempeñaba el oficio de Prefecto de la ciudad. Verdadero pastor y doctor de los fieles, ejerció preferentemente la caridad para con todos, defendió valerosamente la libertad de la Iglesia y la recta doctrina de la fe en contra de los arrianos, y catequizó el pueblo con los comentarios y la composición de himnos.

Dios prefirió que la salvación del hombre viniese por el camino de la fe, más que por el de las obras

fuente: Comentario sobre los Salmos (Comentario sobre el Salmo 43, 10-14: CSEL 64, 268-272)
Se utiliza en: Lunes, XXVIII semana del Tiempo Ordinario (impar)

Mira: yo pongo mis palabras en tu boca, hoy te establezco sobre pueblos y reyes, para arrancar y arrasar, para destruir y demoler, para edificar y plantar. Pues si bien Dios habló en distintas ocasiones por los profetas, no obstante ¿por quién habló más claramente que por su Hijo, el cual, expresando todo el poder del Padre, dijo: Mi doctrina no es mía, sino del que me ha enviado? Por tanto, no fue Jeremías —que padeció el destierro durante la cautividad—, sino el Señor Jesús quien, con sus palabras, erradicó de lo más íntimo del corazón los vicios de los gentiles, destruyó la perfidia de los pueblos y las perversas maquinaciones de los malvados, y abolió toda huella de iniquidad. Seguidamente, infundió la fe y la disciplina de la continencia, para evitar que, como en una vasija corrompida, se echara a perder la santidad de las virtudes con el confusionismo de los vicios.

Por eso, bellamente te dice el Apóstol: Pero la muerte reinó desde Adán hasta Moisés. ¿Qué otra cosa representa Moisés sino la ley, puesto que él es el intérprete de la ley? Pero el fin de la ley es Cristo Jesús. Así pues, reinó el pecado en el mundo y, en el pecado, la muerte, cual cruel e intolerable castigo del pecado.

Moisés, es verdad, nos enseñó a levantar las manos hacia el Señor, instituyendo el culto religioso. Pero la ayuda de la ley hubiera sido aún insuficiente, de no venir a la tierra Jesús en persona a cargar con nuestras enfermedades, el único que no podía ser abrumado por nuestros pecados, ni nuestras faltas eran capaces de abatir las manos de aquel que se rebajó incluso a la muerte, y una muerte de cruz, en la cual, extendiendo las manos, mantuvo en pie al orbe entero que estaba a punto de perecer, levantó a los que yacían, y se granjeó la confianza de todas las gentes, diciendo al hombre: Hoy estarás conmigo en el Paraíso.

En esto consiste, pues, arrasar y plantar: desarraigar lo vicioso y plantar en el corazón de los individuos lo mejor. Hermosamente dice de él Moisés en el cántico del Éxodo: Lo introduces y lo plantas en el monte de tu heredad, lugar del que hiciste tu trono, pidiendo al Señor que introduzca a su pueblo en aquel vivero de preclara virtud y sabiduría, para radicarlo en su obra e instruirlo en las disciplinas de los preceptos celestiales, preparándose de esta forma una morada para su santidad. Todo esto, el Señor tiene a bien concedérnoslo no en virtud de un derecho hereditario, ni en atención a nuestros méritos, sino por sola su gracia. ¿Cómo si no podríamos regresar allí donde no pudimos permanecer, a no ser sostenidos por el privilegio de la redención eterna?

Por lo cual, nuestros padres, en cuanto descendientes directos y herederos de los patriarcas, plantados en la tierra de la promesa, se cuidaron muy bien de atribuirlo a sus propios méritos. Por eso no fue Moisés quien los introdujo, para que no se adjudicase este hecho a la ley, sino a la gracia; pues la ley examina los méritos, mientras que la gracia considera la fe. Esta es la razón por la que el Apóstol, imitador de la fe de los padres, dice claramente: El que planta no significa nada ni el que riega tampoco; cuenta el que hace crecer, o sea, Dios.

Ni te inquietes porque más arriba dijo: Tú mismo con tu mano desposeíste a los gentiles y los plantaste a ellos. De donde puedes deducir que no todo el que planta o riega puede hacer crecer; en cambio, quien es capaz de hacer crecer puede también plantar, como se dice del Señor que ha plantado a los pueblos. Efectivamente, plantó el mismo que dio fecundidad a la plantación, si bien sólo en aquellos que, mediante la fe de Cristo, merecieron agradar al Señor. Únicamente a él le dice Dios Padre: Tú eres mi Hijo, mi preferido. Por consiguiente, quienes son partícipes de Cristo, de él obtienen la gracia de agradar a Dios. Y bellamente dice: Te agradó en ellos, para que se vea observada la debida distancia. Y con razón se complace Dios en el Hijo, pues es igual al Padre y en nada inferior a él, pues se complace en razón de la naturaleza divina y de la unidad de sustancia.

Cristo agradó en nosotros a Dios, por ser él quien nos otorgó la posibilidad de agradarle. Conviene realmente que agrade a Dios en aquellos que él hizo a su semejanza y que él quiso que, por su imagen, gozaran de la prerrogativa de la gracia celestial. Así pues, Dios se complace en su imagen; en cambio, Cristo agrada a Dios en aquellos que fueron creados a su imagen. En ellos Dios derrama sus regalos y sus dones, que serán desvelados cuando llegue lo perfecto, pues cuando se manifieste lo que seremos, nos asemejaremos a él. Por tanto, la salvación se le confiere al hombre no en razón de sus obras, sino en virtud del mandato divino. Pues Dios prefirió que la salvación del hombre viniese por el camino de la fe, más que por el de las obras, para que nadie se gloríe en sus acciones e incurra en pecado. Porque quien se gloría en el Señor, consigue el fruto de la piedad y evita el pecado de presunción.

Otras lecturas del mismo autor

Que el encanto de tu palabra cautive el favor del pueblo - [(Carta 2,1-2.4-5.7: PL 16 [edición 1845], 847-881)]
Somos herederos de Dios y coherederos de Cristo - [(Carta 35 4-6.13: PL 16 [ed. 1845] 1078-1079. 1081)]
Predicamos a Cristo - [Cartas (Carta 29, 6-9: PL 16, 1100-1101)]
Cristo no se arrogó el sacerdocio: lo aceptó - [Cartas (Carta 67, 47-50: PL 16, 1253-1254)]
Sobre el signo de Jonás - [Comentario al salmo 43 (83-85: PL 14, 1129-1130)]
Él mismo fundó su Iglesia - [Comentario al salmo 47 (16-17: PL 14, 1152-1153)]
Eres, oh hombre, una obra maestra, animada por la potencia creadora de Dios - [Comentario sobre el salmo 118 (Sermón 10, 10-11: PL 14, 1332-1334)]
Cristo es el camino para los que buscan a Dios - [Comentario sobre el salmo 118 (Sermón 11, 4-6: CSEL 62, 234-236)]
Adelantémonos a la salida del sol, salgamos a su encuentro - [Comentario sobre el salmo 118 (Sermón 19, 30-32: CSEL 62, 437-439)]
Cristo penetra el alma y la ilumina cual reflejo de la luz eterna - [Comentario sobre el salmo 118 (Sermón 19, 36-40: PL 15, 1480-1482)]
De la plenitud del Verbo todos hemos recibido - [Comentario sobre el salmo 118 (Sermón 20, 54-55: CSEL 62, 471-472)]
Sin motivo padece persecución, el que es combatido siendo inocente - [Comentario sobre el salmo 118 (Sermón 21, 6-9: PL 15, 1581-1583)]
En la sombra observamos las palabras de Dios - [Comentario sobre el salmo 118 (Sermón 3, 19-21: CSEL 62, 50-53)]
En el tiempo de nuestra humillación, la esperanza nos consuela - [Comentario sobre el salmo 118 (Sermón 7, 7-8: PL 15, 1282-1283)]
Del seno de la Virgen nació el que es Siervo y Señor a la vez - [Comentario sobre el salmo 35 (Núm. 4-5 : CCL 64, 52-53)]
El sacrificio del justo Abel significó que el Señor Jesús iba a ofrecerse por nosotros - [Comentario sobre los salmos (39 11-14: PL 14, 1061-1062)]
Vino el perdón, y saltaron las cadenas del pecado - [Comentario sobre los salmos (45, 16-17: CSEL 64, 340-342)]
Dios nos amonestó por medio de la ley, los profetas, el evangelio y los apóstoles - [Comentario sobre los Salmos (Comentario 1, 14-15 sobre el Salmo 118: PL 15, 1270)]
Sé hombre sujeto a Cristo, súbdito de la sabiduría de Dios - [Comentario sobre los Salmos (Comentario 16, sobre el salmo 36: PL 14, 973-974)]
La semilla de todos es Cristo - [Comentario sobre los Salmos (Comentario 36-39, sobre el salmo 43: CSEL 64, 288-290)]
Asumió Cristo la obediencia para inoculárnosla a nosotros - [Comentario sobre los Salmos (Comentario 4-6 sobre el salmo 61: PL 14, 1224-1225)]
Esta carne que era sombra de muerte, comenzó a resplandecer gracias al Señor - [Comentario sobre los Salmos (Comentario 75-77 sobre el salmo 43: PL 14, 1125-1126)]
Dulzura del libro de los salmos - [Comentario sobre los salmos (Comentario al Salmo 1, 4. 7-8: CSEL 64, 4-7)]
Estudiad las Escrituras, pues ellas están dando testimonio de mí - [Comentario sobre los salmos (Comentario sobre el Salmo 1, 33: CSEL 64, 28-30)]
El templo de Dios es santo: y ese templo sois vosotros - [Comentario sobre los Salmos (Comentario sobre el salmo 118, n. 12, 13. 14: CSEL 62, 258-259)]
Uno solo es el mediador entre Dios v los hombres, el hombre Cristo Jesús - [Comentario sobre los salmos (Comentario sobre el Salmo 48, nn. 13-14: CSEL 64, 367-368)]
Cristo reconcilió el mundo con Dios por su propia sangre - [Comentario sobre los salmos (Comentario sobre el Salmo 48, nn. 14-15: CSEL 64, 368-370)]
Ha resplandecido sobre nosotros la luz de tu rostro - [Comentario sobre los salmos (Salmo 43,89-90: CSEL 64, 324-326)]
Haced resplandecer para vosotros la luz del conocimiento - [Comentario sobre los Salmos (Sermón 1, 2 sobre el Salmo 118: PL 15, 1199-1200)]
Aplastar bajo los pies a todos los prisioneros de la tierra - [Comentario sobre los Salmos (Sermón 12, 3-6, sobre el Salmo 118: PL 15, 1361-1362)]
Sé un testigo fiel y valeroso - [Comentarios sobre el Salmo 118 (Cap 20,47-50; CSEL 62, 467-469)]
Cantar salmos con el espíritu, pero cantarlos también con la mente - [Comentarios sobre los salmos (Salmo 1, 9-12: CSEL 64, 7. 9-10)]
Abre tu boca a la palabra de Dios - [Comentarios sobre los salmos (Salmo 36, 65-66: CSEL 64, 123-125)]
Testimonio fiel de Cristo - [Del comentario de , sobre el salmo 118 (Cap. 20,43-45.48: CSEL 62,466-468)]
Muramos con Cristo, y viviremos con él - [Del libro sobre la muerte de su hermano Sátiro (Libro 2,40.41.46.47.132.133; CSEL 73, 270-274.323-324)]
Con la claridad de tu mente iluminas la gracia de tu cuerpo - [Del libro sobre la virginidad (Cap.12,68.74-75; 13,77-78: PL 16 [ed. 1845], 281.283.285-286)]
No tenía aún edad de ser condenada, pero estaba ya madura para la victoria - [Del tratado sobre las vírgenes (Libro I, caps. 2.5.7-9: PL 16 [edición 1845], 189-191)]
La visitación de santa María Virgen - [Exposición sobre evangelio de San Lucas 2,19.22-23.26-27]
Unirse a Dios, único bien verdadero - [Huida del mundo 6,36; 7,44; 8,45; 9,52]
Como Adán es la primicia de la muerte, así Cristo es la primicia de la resurrección - [Libro sobre la muerte de su hermano Sátiro (Lib. 2, 89-93: CSEL 73, 298-300)]
Hay que orar especialmente por todo el cuerpo de la Iglesia - [Tratado sobre Caín y Abel (Lib 1, 9, 34. 38-39: CSEL 32, 369.371-372)]
En toda ocasión, llevemos en el cuerpo la muerte de Jesús - [Tratado sobre el bien de la muerte (Caps 3, 9; 4, 15: CSEL 32, 710.716-717)]
En Cristo murió nuestra culpa, no nuestra vida - [Tratado sobre el Espíritu Santo (Lib. 1, 108-111: PL 16, 759-760)]
Estad siempre alegres en el Señor - [Tratado sobre la carta a los Filipenses (PLS 1, 617-618)]
Catequesis sobre los ritos que preceden al bautismo - [Tratado sobre los misterios (1-7: SC 25bis,156-158)]
Todo les sucedía como un ejemplo - [Tratado sobre los misterios (12-16.19: SC 25bis,162-164)]
El agua no purifica sin la acción del Espíritu Santo - [Tratado sobre los misterios (19-21.24.26-38: SC 25bis,164-170)]
Catequesis de los ritos que siguen al bautismo - [Tratado sobre los misterios (29-30.34-35.37.42: SC 25bis,172-178)]
Instrucción a los recién bautizados sobre la eucaristía - [Tratado sobre los misterios (43.47-49: SC 25bis,178-180.182)]
Este sacramento que recibes se realiza por la palabra de Cristo - [Tratado sobre los misterios (52-54.58: SC 25bis,186-188.190)]
Renacemos del agua y del Espíritu Santo - [Tratado sobre los misterios (8-11: SC 25bis,158-160)]
© El Testigo Fiel - 2003-2025 - www.eltestigofiel.org - puede reproducirse libremente, mencionando la fuente.
Sitio realizado por Abel Della Costa - Versión de PHP: 8.2.29