Esta web utiliza cookies, puedes ver nuestra política de cookies, aquí Si continuas navegando estás aceptándola
Política de cookies +
El Testigo Fiel
formación, reflexión y amistad en la fe, con una mirada católica ~ en línea desde el 20 de junio de 2003 ~
rápido, gratis y seguro
conservar sesión
  • Por sobre todo, los miembros registrados dan forma y sentido a este sitio, para que no sea solamente un portal de servicios sino una verdadera comunidad de formación, reflexión y amistad en la Fe.
  • Además tienes ventajas concretas en cuanto al funcionamiento:
    • Tienes reserva del nombre, de modo que ningún invitado puede quedarse con tu identidad.
    • En los foros, puedes variar diversas opciones de presentación (color de fondo, cantidad de mensajes por página, etc.), así como recibir mail avisándote cuando respondan a cuestiones de tu interés.
    • También puedes llevar un control sobre los mensajes que leíste y los que no, o marcarlos para releer.
    • Puedes utilizar todas las funciones de la Concordancia Bíblica on-line.
registrarme
«Mira que estoy a la puerta y llamo,
si alguno oye mi voz y me abre la puerta,
entraré en su casa y cenaré con él, y él conmigo...»
formación, reflexión y amistad en la fe, con una mirada católica ~ en línea desde el 20 de junio de 2003 ~
Beatos Luis Bertrán, Mancio de la Santa Cruz y Pedro de Santa María, mártires
fecha de inscripción en el santoral: 29 de julio
†: 1627 - país: Japón
canonización: B: Pío IX 7 may 1867
hagiografía: «Año Cristiano» - AAVV, BAC, 2003
Elogio: En Omura, en Japón, beatos mártires Luis Bertrán, presbítero, y Mancio de la Santa Cruz y Pedro de Santa María, religiosos, todos ellos de la Orden de Predicadores, que por su fe en Cristo fueron quemados vivos.
Ver más información en: 205 Mártires del Japón, 1617 - 1632

Luis (Exarc) Beltrán nació en Barcelona, pariente por parte de madre de San Luis Beltrán, y por ello dejó su apellido paterno y se apellidaba solamente Beltrán. Parece que nació el año 1593 pero el dato no es seguro. Con unos quince años entra en la Orden de Predicadores en el convento de Santa Catalina de su ciudad natal y hace la profesión religiosa. Pese a su delicada salud, era un religioso muy austero y penitente y tenía el aprecio de sus superiores que lo enviaron al estudio dominico de Orihuela. Ya ordenado sacerdote es invitado, en 1618, por el obispo Diego Aduarte a ofrecerse para las misiones de Filipinas, y así lo hace, siendo aceptada su oferta. Viaja a pie hasta Sevilla, en cuyo convento de San Pablo se hospeda, y en su puerto se embarca para Filipinas. Aquí se le manda aprender tagalo para hacer apostolado entre los nativos, y visto su buen trabajo se le pide que aprenda chino para el trabajo evangeüzador con los muchos chinos que había en Filipinas, y así lo hace. En 1623 se plantea la necesidad de enviar misioneros a Japón a sustituir a los que habían muerto por martirio o fatigas. Se ofrece Luis y con otros tres compañeros, vestido como caballero español, viaja a Japón y desembarca sin ningún problema. Se dedica primero a aprender el idioma, y es recibido como un ángel por los perseguidos cristianos que enseguida le toman un singular aprecio. Trabajó mucho y bien, sostuvo a los cristianos en la fe y logró atraer a otros muchos a ella. Para su propia salvaguarda, vivía en una cabaña entre las cabañas de los leprosos. Iba de un pueblo a otro con gran energía espiritual, pero con sumo sacrificio y trabajo, dispuesto siempre a desgastarse por las almas. Llegó a visitar a cristianos que hacía veinte años no habían recibido los sacramentos. Por fin se produjo su detención el 28 de julio de 1626, fue en una casa de leprosos y a causa de la delación de un apóstata. Fue llevado a la horrible cárcel de Omura. Estuvo en esta cárcel todo un año con los que le habían hospedado, padeciendo privaciones y crueldades, pero teniendo el consuelo de poder celebrar la eucaristía y dar el hábito religioso a sus compañeros de cárcel.

Mancio De La Cruz era un cristiano japonés, fervoroso catequista, que había adoptado el apelativo «de la Cruz» cuando encontró en el tronco de un madero dos cruces admirablemente grabadas, y que a él le pareció que le anunciaban el martirio. Estaba con el P. Luis Beltrán cuando fue hecho preso y al llegar con él a la cárcel le pidió el santo hábito, haciendo el noviciado en la prisión y profesando como hermano lego.

Pedro De Santa María era cristiano desde pequeño y había demostrado desde su infancia una gran inclinación a la piedad. Era catequista y ejercía su oficio con gran celo, acompañando y guiando con gran prudencia a los misioneros en los viajes. El P. Luis Beltrán lo apreciaba sobremanera. Tenía dieciséis años cuando lo hicieron preso junto con el P. Luis. En la cárcel de Omura hizo el noviciado y con los 17 años ya cumplidos hizo la profesión en la prisión. El día 29 de julio de 1627 fueron llevados al lugar del suplicio, donde les ataron a sendos postes, rodeados de leña a la que prendieron fuego. El P. Luis animó a sus compañeros de martirio, los cuales se sumaron a él en alabar y bendecir a Dios hasta que se quemaron sus cuerpos y sus almas volaron al cielo. Fueron beatificados el 7 de julio de 1867 por Pío IX.

fuente: «Año Cristiano» - AAVV, BAC, 2003
accedido 2730 veces
ingreso o última modificación relevante: ant 2012
Estas biografías de santo son propiedad de El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía, referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el enlace de la página
puedes agregar un comentario
nombre:
email (opt):
comentario:
Ip: 18.97.9.169
Copia este código antispam en el casillero:
© El Testigo Fiel - 2003-2024 - www.eltestigofiel.org - puede reproducirse libremente, mencionando la fuente.
Sitio realizado por Abel Della Costa - Versión de PHP: 8.2.25