
Dionisio vino al mundo el día 24 de enero de 1911 en Villoria de Orbigo, provincia de León y diócesis de Astorga. Al día siguiente de su nacimiento, en su villa natal, recibió las aguas bautismales en la iglesia parroquial de San Miguel.
Villoria pertenece al ayuntamiento de Villarejo de Órbigo y se asienta en ambas márgenes del río Órbigo -de ahí su nombre-. Al nacer Dionisio, contaba con unos seiscientos habitantes. Sus terrenos son aptos para el cultivo de legumbres y cereales; a estos cultivos se dedicaban principalmente las familias del pueblo.
El matrimonio formado por sus padres, Miguel y Teodora, fue bendecido con siete hijos, tres de los cuales se consagraron a Dios: Dionisio y dos de sus hermanas profesaron en la vida religiosa. En sus primeros años, ya se mostraba cumplidor de sus deberes, obediente y respetuoso; era modelo para sus compañeros y de los más aplicados. Su madre lo animó cuando decidió ser marista, aunque ella hubiera preferido que fuera sacerdote.
Ingresó Dionisio en el seminario marista de Venta de Baños (Palencia) el 4 de diciembre de 1925, desde donde pasó, el 15 de septiembre de 1926, al noviciado de Tuy. AlIi vistió el hábito marista el 19 de marro de 1927 y recibió el nombre de Hno. Domingo Ciríaco. El mismo dia del año 1928 emitió sus primeros votos anuales. El 15 de agosto de 1934, en Tuy, se entregó definitivamente a Dios con su profesión perpetua.
La lista de sus destinos es muy breve: después de su primera profesión temporal, se quedó en Tuy, preparándose para el ejercicio de la enseñanza; en septiembre de 1928, fue enviado al colegio San José de la calle Fuencarral, n.126, de Madrid En esta ciudad, fue apresado y entregó su vida por Dios, al recibir en ella la palma del martirio.
Los hermanos con los que convivía eran su familia, su vida y su tesoro. Su carácter alegre fomentaba el buen espíritu en la comunidad. Estaba siempre dispuesto a servir a los hermanos, a los alumnos y a cuantos necesitaran su ayuda. Tenía cualidades para la enseñanza y consiguió ser un excelente profesor, formado a base de constancia y de seguir las indicaciones del director. Se entregó de lleno a la formación de sus alumnos a los que apreciaba de veras, con lo que se ganó su cariño.
El 18 de julio de 1936 abandonó el colegio San José y se refugió en la calle Magdalena, n. 18, en casa de unos familiares. Éstos tenían un puesto de verduras en un mercado, donde trabajó como dependiente. Al ser movilizada su quinta, lo destinaron a Valencia. En la tarde del 20 de abril de 1937, al presentarse con otros dos maristas en un chalé -hoy desaparecido- de la calle María de Molina, n. 9, para firmar el salvoconducto para el viaje, parece que fue reconocido y denunciado por un ex alumno del colegio, siendo detenido y condenado. Los dos hermanos que lo acompañaban avisaron a una prima suya, que hizo cuanto pudo para saber lo que habla pasado, pero no consiguió averiguar nada. Fue asesinado el 20 de abril de 1937 en Madrid por ser hermano marista.
Artículo firmado por Benigno Gil.