Luis Furones Arenas nació en Abraveses de Tera, provincia de Zamora y diócesis de Astorga, el 8 de octubre de 1892, bautizado al día siguiente; recibió el nombre de Abraham, que en la toma de hábito cambió por Luis; en la vida fue muy conocido por el apellido Arenas, de su abuelo paterno, aunque civilmente sus dos apellidos eran Furones. Aprendió las primeras letras en Ferreruela de Tabarra; guiado por su hermana monja dominica en Santo Espíritu de Benavente (Zamora) ingresó en la escuela apostólica de Las Caldas de Besaya (Santander); hizo el noviciado en San José de Padrón (La Coruña), profesó el 19 de marzo de 1910 y se encaminó a Corias (Asturias) para cursar filosofía, llevó con humildad algunos fracasos en los estudios y sin que vacilase por esto su vocación; hecha la profesión solemne el 2 de febrero de 1914 pasó a Salamanca a concluir la teología; recibió la ordenación sacerdotal en julio de 1917.
Lo destinaron a Centroamérica y fue misionero en Guatemala (iglesia de Santo Domingo), Nicaragua, El Salvador y Costa Rica (Alajuela; iglesia de la Dolorosa de San José); superior de la casa de Santa Ana, en El Salvador (1929-1931), estuvo en el santuario de Cartago, también en El Salvador, convento de Santo Domingo de San Salvador (1931-1934); organizó misiones populares y se dedicó intensamente a la predicación; presidente delegado de la junta nacional para la coronación de la Virgen de los Ángeles, patrona de Costa Rica.
Regresó a España en 1935 con la idea de volver a Centroamérica, pero en julio del mismo año lo eligieron prior del convento de Atocha y tuvo que quedarse; lo calificaron de superior prudente, compasivo y afable; el 20 de julio de 1936 asaltaron el convento, seguido de incendio y profanación; previamente había dejado a los religiosos en libertad para que tomaran la resolución que mejor les pareciera en aquellos momentos críticos. La resistencia militar desde la torre de la basílica de Atocha, ajena por completo al convento, enardeció a las masas contra los religiosos que, al salir, fueron insultados y amenazados de muerte; al pasar por la calle de Granada hirieron gravemente al P. José Tascón y asesinaron a Fr. Jacinto García. El P. Luis Furones fue gravemente herido y quedó en plena calle varias horas hasta que expiró, tras una agonía larga entre insultos y mofas.
Jacinto García Riesco nació en Calvillas, Somiedo (Asturias), el 28 de agosto de 1894, bautizado el mismo día, confirmación el 2 de mayo de 1901; profesó como hermano cooperador en Corias (Asturias) el 2 de julio de 1921; salió en febrero de 1923 para las misiones de Urubamba y Madre de Dios (Perú), acompañando al gran misionero P. Gerardo Fernández; estuvo en Quillabamba, Maldonado, Patiacolla; de 1927 a 1932 en el santuario de Santa Rosa en Lima; buen religioso y excelente misionero; debilitado por una enfermedad, tuvo que regresar a España, en 1933 se hallaba en San Esteban de Salamanca, después lo destinaron al convento de Atocha, en Madrid; lo recuerdan recogido y silencioso en su ambiente sobrenatural y en constante presencia de Dios, buenísimo y agradable, su oficio estaba en la portería y cocina, caritativo con los pobres.
El 20 de julio de 1936, en el asalto al convento, el Siervo de Dios fue detenido y ultrajado, y, junto con el prior P. Luis Furones, martirizado en la calle de Granada, cerca del convento, perdonando a sus ejecutores.
Tomado de un dossier dedicado a los mártires de la persecución religiosa del '36 incluidos en causas dominicanas. La imagen de Luis Furones reproducida es de un busco del escultor Gabi More emplazado en la localidad de nacimiento del beato como homenaje en la beatificación.