=>1:1 Ver Gn 1,1. En Jn 1,1-5, el evangelista recoge un himno más antiguo que sigue las huellas del relato de la creación en Gn 1,1-31, con la cadencia marcada por los verbos: «Dijo Dios... y así fue»: Dios ha creado el mundo por su Palabra, ver Sal 33,6-9; Sb 9,1; Si 42,15, especialmente la luz opuesta a las tinieblas, Gn 1,18, los seres vivos, Gn 1,20-25, y al hombre, Gn 1,26-27. Es posible que los vv. Jn 1,1-2, encuadrados por la repetición redaccional «junto a Dios... junto a Dios» y que rompen el ritmo binario del párrafo, hayan sido añadidos por el evangelista para afirmar la divinidad de Cristo, Palabra encarnada, ver Jn 8,24+; Jn 20,29; 1Jn 5,20. En Jn 1,9-18, el tema de la Palabra creadora se desarrolla en armonía con Is 55,10-11 : enviada por Dios, Jn 1,9-11; Jn 4,34+, al mundo, Jn 1,9+, para fecundarlo, Jn 1,12+, revelándole la «verdad», Jn 8,32+, retorna a Dios después de haber cumplido su misión, Jn 1,18; Jn 13,3; Jn 16,28. Este conjunto de temas: presencia junto a Dios, papel desempeñado en la creación, envío al mundo para adoctrinar en él a la humanidad, atañen a la Sabiduría tanto como a la Palabra, Pr 8,22-36+; Si 24,3-32; Sb 9,9-12. En el NT correspondía a Juan, gracias al hecho de la Encarnación, Jn 1,14+, inferir la naturaleza personal de esta Palabra (Sabiduría) subsistente y eterna.
=>1:4 (a) O quizá: «Lo que existió por ella».
=>1:4 (b) En el griego, el término vida, sin artículo, no puede ser el sujeto del verbo ser; por tanto, no procede unir las palabras «lo que se hizo» a la frase precedente. En cambio, la omisión del artículo era regular cuando el substantivo, incluso determinado, se ponía como atributo delante del verbo ser, ver Jn 1,49.
=>1:5 La luz (el Bien, la Palabra) escapa al dominio de las Tinieblas (el Mal, las potencias del mal), ver Jn 8,12+. Otros traducen: «Y las tinieblas no la recibieron».