Es una pregunta interesante, si se entiende como un intento sincero de comprender cómo vivía su fe la gente antes del Sinaí. La Biblia no menciona que Abraham o sus descendientes tuvieran un código de leyes como el Decálogo, pero sí deja claro que conocían el bien y el mal, que podían ser justos o pecadores, y que vivían una relación personal con Dios que implicaba obediencia, confianza, fidelidad, sacrificio, hospitalidad... Es decir, había una moral perfectamente reconocible antes de los "diez mandamientos".
Además, no hay que imaginar ese mundo como un caos sin normas. En la cultura mesopotámica, a la que pertenece el entorno de Abraham, existían códigos legales muy desarrollados, como el famoso Código de Hammurabi (siglo XVIII a.C.), que regula el matrimonio, la herencia, la propiedad, el homicidio, el robo, los juramentos falsos, etc. Junto a estos códigos escritos, existía también una ley consuetudinaria transmitida por la tradición y la práctica social. Abraham vivía en ese mundo, y compartía ese trasfondo de normas no escritas que estructuraban la vida en comunidad. ¡Y la ley de la conciencia! que por muy oscurecida que pueda estar en algunas épocas, nunca deja de darnos un "toque" frente a la injusticia humana más manifiesta (cfr. Rm 2,14-15).
La ley mosaica, por tanto, no aparece para crear la moral desde cero, ni para imponer arbitrariamente mandamientos, sino para dar una forma concreta, pedagógica y comunitaria a la alianza con Dios. Es una ley que no pretende regular hasta el último rincón de la vida, sino señalar un camino de fidelidad, y hacerlo de manera comprensible para un pueblo concreto en un momento histórico determinado. No es una ley "mecánica", sino profundamente ligada a la historia de la salvación.