Es el nombre con el que se conocía la hora litúrgica del Oficio Divino que ahora llamamos «Oficio de Lecturas». En los monasterios se rezaba (y aun se hace) al final de la noche, como alabanza matutina antes de clarear el día, seguida de las «Laudes», que se rezan cuando ya es visible el día.
La reforma de la Liturgia de las Horas permitió adaptar el carácter de los Maitines a que pudiera ser rezado en cualquier comento del día, siguiendo mejor el ritmo de vida de los clérigos y de los que en general tienen obligación del Oficio, aunque por supuesto se puede seguir utilizando como oración de inicio del día.
Dado que ya no está unida necesariamente al inicio del día, ya no es apropiado llamarla «maitines» (palabra que evoca, precisamente, el amanecer), pero muchos siguen, por costumbre, llamándola de esa manera.
Puede consultarse sobre el carácter del Oficio de Lecturas los nn 55 y sigs. de la Ordenación General de la Liturgia de las Horas
cuales son las oraciones que se hacen como maitines y a que hora y si vienen definidos por dia de semana.
¿No leyó el pequeño artículo? Maitines es el Oficio de lecturas...