¿En que momento los discípulos entienden la resurrección de Jesús como algo nuevo y distinto?
La resurrección de los muertos es algo ya visto y narrado, los profetas lo hacen, Jesús mismo resucita a Lazaro.
Me imagino a unos apóstoles diciendo a la gente de la calle ¡Jesús resucito! y la gente respondiendo "Eso es lo que pedíamos, el que salvo a otros ¿como no se iba a salvar a si mismo?"
Quizá Jesús se los dijo de manera directa, pero en algún punto de la reflexión apostólica debió de haber un momento en que una muerte y una resurrección de un justo pasara a "el siervo sufriente" "entrego mi vida por muchos" "por nosotros y nuestra salvación" "para el perdón de los pecados"
Quizá este equivocado, pero podría nacer de la conciencia de que Cristo era El Hijo de Dios, y una muerte de Dios mismo tenia que significar algo más que un simple signo profético.
De la misma manera debe de haber un salto de pensamiento muy grande para pasar de la resurrección de Lazaro (de vuelta a la carne) a la resurrección de un "cuerpo celestial-espiritual" que menciona Pablo. Quizá la manera en como Pablo vio a Cristo lo hizo pensar en un cuerpo de otro tipo.
Saludos.
Para nosotros la palabra "resucitar" está tan vinculada a la vuelta a la vida corpórea, que no nos damos cuenta que es una palabra que incluso idiomaticamente habla en imagen (re-suscitare: volver a levantarse)... no es que pretenda sacar doctrina de la etimología, sólo quiero señalar la diferencia entre los antiguos y nosotros en este punto:
para el habla griega de la época apostólica, los verbos que nosotros traducimos como resucitar "egeiro" y "anístemi", significan "levantarse" (igual que la raíz latina de nuestro "resucitar"). El uso para referirse a la resurrección de un muerto es una aplicación de la metáfora, pero se usan también con el sentido primario de levantarse:
Mateo 9,9: "al pasar vio Jesús a un hombre llamado Mateo, sentado en el despacho de impuestos, y le dice: "Sígueme." El se levantó (anístemi) y le siguió."
SI "anístemi" significara "resucitar" en nuestro sentido, deberíamos traducir "El resucitó y le siguió". Por supuesto que la teología bíblica entiende que el llamado de Jesús al seguimiento provoca en Mateo ya una resurrección, el seguir a Jesús es ya participar de su resurrección, nos "levantamos" con él.... ¡pero todo eso es teología! Lo que se entiende de la frase es que Mateo se levantó de la silla y lo siguió.
En Efesios 5,14 hay una hermosa conjunción de los dos verbos:
"Despierta (egeiro) tú que duermes, y levántate (anístemi) de entre los muertos, y te iluminará Cristo"
A lo que voy es a la diferencia de perspectiva en el uso de estas palabras: cuando en los escritos del nuevo testamento se dice "resucitar" (sea con anístemi o con egeiro), no se piensa en el cuerpo biológico, la cuestión del cuerpo biológico está en al sombra, no es algo que les preocupe. Dan por hecho que si hablan de "levantarse de entre los muertos" eso se aplica de distintas maneras: si consideramos el pecado como una muerte, la resurrección consiste en levantarse de él, si consideramos la muerte biológica, la resurrección consiste en levantarse de ella, si consideramos la muerte eterna, la resurrección consiste en la vida eterna.
Para cuál sea el plano desde el que pensemos la cuestión se puede aplicar la frase: "no está allí, se ha levantado de entre los que allí están". La referencia de la imagen es la postración y el lugar de la muerte, no la cosa que ocurre con el cuerpo.
Por eso el NT no hace ninguna elucubración acerca de la diferencia entre al resurrección de Lázaro y la de Jesús, de hecho se entiende que son distintas, pero no por la distinta corporeidad, sino por el ámbito al que pertenece cada uno: Lázaro se levanta de entre los muertos, pero es terrestre y vuelve a la tierra, mientras que Jesús se levanta de entre los muertos, pero es celeste y vuelve al cielo, es divino, y vuelve a la divinidad.
El gran quid es que, al permitir ser afectado como Dios por una muerte de hombre, abrió al hombvre el paso a la divinización, a un nuevo ámbito.
Cualquier resurrección obrada por un profeta sería terrestre, pero la obrada por Jesús abre un nuevo lugar hacia el que ir en el "levantarse" de entre los muertos.
La reflexión apostólica fue envolvente: no es que pensaron "ah, como es Dios, su ámbito es el divino", sino que incluso comenzando por una oscura percepción de la diferencia entre Jesús y nosotros (sin necesidad de tematizarla como "Jesús es Dios, Dios de Dios, etc), una oscura percepción de su pertenencia al ámbito divino ("quién es este, que hasta el viento y el mar le obedecen?") pudieron de a poco ir tematizando la diferencia de la realidad que resulta de la resurrección.
Es un poco difícil verbalizar esto, y da lugar a muchos equívocos, así que no te quedes con la redacción de este mensaje sin ahondar.
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«Busca a Dios, entonces hallarás a Dios y todo lo bueno.» (M. Eckhard)
Existen algunos textos hermosos que hablan de la "corporeidad" de la resurrección, Jesucristo come, Jesucristo muestra sus heridas. ¿Existía en la comunidad primitiva algún tema, alguna corriente contraria que hiciera que los evangelios se preocuparan por esta corporeidad?, ¿el gnostisismo estaba en voga?
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El evangelio que se preocupa de "demostrar" la corporeidad auténtica de Jesús resucitado es el de Juan, y lo hace precisamente en el contexto del surgimiento del gnosticismo.
A partir de los estudios de Brown hay cierto consenso en entender que alguna parte de los gnósticos (alguna rama, o sus precedentes inmediatos, o lo que sea) fueron desprendimientos de la comunidad joánica, que no aceptaron el papel rector de la encarnación del Verbo, y rompieron la comunidad, a partir de lo cual se produce la deriva gnóstica por un lado, y la unión del pequeño grupo "ortodoxo" (es decir, fiel a "lo que hemos visto desde el principio, lo que tocaron nuestras manos..." etc) con la "gran iglesia", es decir, con la iglesia que se reconocía fundada en los apóstoles, en especial en Pedro.
Esta es parte de la hipótesis que Brown expone en "La comunidad del Discípulo amado", y qe de alguna manera ha planteado una comprensión nueva de las relaciones entre mundo joánico y gnosticismo.
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«Busca a Dios, entonces hallarás a Dios y todo lo bueno.» (M. Eckhard)
Para los gnósticos todo lo material era malo, no era creado por Dios, si no por un deimurgo, por eso ellos no aceptaba que Jesús, fuese de carne y hueso la encarnación del Verbo era simbólica, menos podían aceptar la corporeidad del Resucitado, por eso Juan; se vuelve contra ellos, y tanto en las cartas, como en el cuarto evangelio que nace en La Comunidad Joánica; va hacer hincapié en que Jesús vino en carne; y, que ellos, lo han visto y tocado, es decir lo que ha dicho Abel; no tanto en sentido historicista rigoroso, si no en sentido pascual
Han comido con él, claro que sí, y yo también en cada Eucaristía
Se ha hecho presente, en medio aún con las puertas cerradas, qué le pregunten a San Juan XXIII, por ejemplo
Han pretendido agarrarlo, y, de pronto se han visto que tenían que empezar de nuevo, y todos
Sabemos y creemos que Jesús resucito, no revivio, que no es lo mismo, que con su Cuerpo glorioso del que somos parte, vive en Dios, está en Dios, y es Dios porque lo fue siempre
Todo el evangelio de Juan, los otros también pero Juan más, va desde el principio con esa idea mostrar a Jesús, al Verbo al Hijo encarnado, y, como si fuera un pedagogo, de niños de parvulario, te va llevando de la mano
Seguro que me salgo, pero no me importa
En el capítulo X; Jesús dice, “Que sus ovejas escuchan su voz, y lo siguen”
Después en el capítulo, 20; 16. Maria lo reconoce al oírse llamada, no al verlo; reconoce su voz, porque, porque es de sus ovejas, es de los suyos, por eso, en el llamado, en la vocación, en el mandato del Amor, los cristianos sabemos esta Jesús, lo reconocemos, no en la historia, no en los libracos
En el mismo capítulo 20, 17-18; María quiere retenerlo, pero no le deja; y, si dejamos por un momento a Juan, para volver, y vamos con Lucas, en el 24, los de Emaus, lo reconocen en la comida, Eucaristía, pero cuando, se dan cuenta, se ha largado, entonces vuelven a casa, Iglesia, y, su fe es confirmada por Pedro, “él también lo ha visto”, y, volvemos de nuevo a Juan, Mateo, y Marcos, al Jesús que camina sobre el agua, y se nos repite todo
No cuentan con Él, y, aparece de improviso; sin lógica, lo mismo que el atravesar las puertas
Creen ver un fantasma, en ambos casos, el fantasma es la forma de expresar la falta de fe, de pensar que toda la fe es una ilusión una locura, un producto mental
Pero él los tranquiliza, no temáis, “Yo soy”, que es el Nombre
En un caso manda que le toquen, y, por favor no seamos brutos, “cada vez que oramos con la Biblia etc, estamos tocando a Jesús”
En el otro caso manda, a Pedro, que vaya a Él, caminado sobre el agua, sobre la falta de seguridad, porque la seguridad es Él
Pero cuando quieren subirlo a la barca, ya no está, está en el otro lado, en la otra orilla, a donde llego y nos espera, aunque camine a nuestro lado
Pero es que en la pesca milagrosa, en la pascual que es la primera con Luz
Hay una frase que hace poco le vi el sentido gracias a Dios, Jn 21, 7; 12
El Amado dice, “Es el Señor, y en el vs 12; dice, nadie le pregunto quién era, porque sabían que era El Señor”
Con la costumbre de llamar a Jesús, Señor porque lo es; pues no le veía sentido, lo que pasa es que para la comunidad autora del evangelio de Juan, sobre todo para su parte judía; Señor, Adonai, era el nombre por el que se cambiaba, el Nombre de Yahvé, es decir, es el Señor, no era sólo, que también al menos en el nº 7, decir que era Jesús, si no que iba más allá era decir que Jesús estaba vivo, estaba con ellos, llevaba su Apostolado, porque Jesús era, y, es Dios, y, por ser Dios podía hacer todo, lo que había hecho porque Jesús sin su naturaleza divina, se queda en un buen chico, con mala suerte, como Dios, nos diviniza
Un abrazo
Maite
“Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación”