Estaba leyendo a Santo Tomas de Quino acerca de la encarnación. Entiendo que la Persona del Verbo con su naturaleza divina, se encarno en el cuerpo y alma de Jesus.
Lo que quiero entender es como esto no genera un cambio en Dios. Leyendo a R.Brown (exegeta) comenta que Jesus hablaba como un Judio de su tiempo, en el lenguaje que aprendio mientras vivio. Esto me hace entender que la naturaleza divina en jesus estaba "suprimida" (voluntariamente) o disminuida, o lo que dice brown no es cierto. Como puede el Verbo no saberlo todo? siendo Dios? como puede el bebe jesus no pensar como Dios?
Y si estaba limitado por el receptáculo que es la mente humana, entonces su naturaleza divina estaba "limitada".
Ademas ahora, ahorita que sigue siendo Cristo ¿como opera su naturaleza divina, cargando la humana?
O quizá porque precisamente es ya una carne gloriosa, su naturaleza humana de ha elevado y ensanchado de tal manera que puede contener y expresar la naturaleza divina del Verbo.
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Brown justifica esa misma afirmación a partir de una preciosa cita de Santo Tomás de Aquino...
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«Busca a Dios, entonces hallarás a Dios y todo lo bueno.» (M. Eckhard)
Estoy leyendo un libro de Teologia Dogmatica (si tienes una recomendación Abel al respecto me gustaría conocerla) Estoy clavado con todo el tema de la Encarnación y ahora entiendo que Jesucristo tenia dos naturalezas y dos voluntades.
Hay dos puntos muy interesantes donde la imaginación tiene un cuarto de juegos si la dejamos libre.
El primer punto es si Jesucristo pudo -siendo Dios- limitar facultades divinas. Mi primer impulso es decir que NO, es como decir, Dios es tan poderoso que puede por si mismo obligarse a dejar de ser Dios. Pero es la única respuesta que a mi se me ocurre para solucionar problemas como que Jesucristo no sabía ni el día ni la hora sino solo el Padre, somo si ese conocimiento no fuera parte del conocimiento de la naturaleza humana.
Tampoco puedo imaginarme a un bebe Jesús donde conviven la naturaleza humana y divina, o sabía que era Dios o no sabía nada, o permitia que la naturaleza humana fuera en momentos la que tomara el control de su alma/cuerpo dejando a un lado/disminuyendo su naturaleza humana o es muy dificil comprender como dos naturalezas opuestas en muchos puntos puedan convivir al mismo tiempo en la misma medida, con la misma potencia de hecho me parece imposible.
El otro punto interesante... uf se me olvido cuál era el otro punto interesante.
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jajajaja, qué mal olvidarse el otro punto interesante!!!
"Jesucristo tenia dos naturalezas y dos voluntades", y una sola persona, la divina. Nunca separes una afirmación de la otra.
Pero lo que te cuestionas, acerca del conocimiento que Jesús tenía de su divinidad tiene que ver con esto, pero se entiende mejor si partes de la cuestión siguiente:
Todo el que conoce, conoce al modo de como recibe el objeto a conocer: el "recipiente" da su forma al contenido del conocimiento. Eso es un principio general: "todo lo que se recibe es recibido al modo del recipiente".
Ahora bien, en tanto el conocimiento que Jesús tenía estaba recibido por su naturaleza humana (si no no podría haber hablado, por ejemplo, comunicado pensamientos entre seres humanos), toma la forma del conocimiento humano. Dicho de otra manera: los contenidos divinos de su conocimiento son inexpresables: aunque fuera Dios, si supo leer es porque estudió, si supo los idiomas corrientes en su medio, es porque los estudió y practicó, porque ese es el modo como toman forma los conocimientos humanos.
En Jesús no había la dimensión errática de nuestro conocimiento, que proviene de las condiciones de la naturaleza caída, pero sí la dimensión progresiva, que es esencial al conocimiento humano, forma parte de la definición misma de un ser creado como es el hombre, que no conoce por potencia creadora, como Dios (en Dios su conocer es su donar el ser ala cosa creada).
Así cita Brown la cuestión:
«En un famoso pasaje de la Summa theologiae (3, q. 9, a. 1, ad 1), Tomás de Aquino observaba: «Si no hubiera habido en el alma de Cristo algún otro conocimiento aparte de su conocimiento divino, no habría sabido nada. El conocimiento divino no puede ser un acto del alma humana de Cristo; pertenece a otra naturaleza». Por tanto, no resulta fácil afirmar: «Dios lo sabe todo; por consiguiente, Jesús lo sabía todo».» (101 preguntas sobre la Biblia, preg. 72, respecto del progreso en el conocimiento que Jesús tenía de las cosas)
Esto sirve también para entender que la dimensión de palabra humana de la Biblia no es un accidente, sino parte de la esencia misma de la Biblia como comunicación con el hombre... que toma la forma del hombre, que es su recipiente.
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«Busca a Dios, entonces hallarás a Dios y todo lo bueno.» (M. Eckhard)
Tengo que clavarme en imaginar como sería esto que expresas. De hecho termine ese libro (101 Preguntas) y lo que dice Brown no me cuadra. Es decir, una cosa es que no sepa como expresa ese conocimiento y otra que no lo tenga.
Dicho de otra manera si Jesucristo no puede conocer mas que aquello que conoce desde su alma humana, entonces ¿que conoce como Dios? ¿perdio algo al encarnarse?
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Hay varias cuestiones en lo que dices, algunas más de fondo que otras:
1. «Tengo que clavarme en imaginar...» La imaginación juega un rol siempre, pero hablando de la cuestión de la encarnación del Verbo, su papel es muy limitado: no hay otros casos con los que comparar para imaginar (la imaginación es una función comparativa siempre...)
Si admites el valor a la vez enteramente humano y soberanamente divino de la Biblia, tienes allí una base de comparación cercana: la inspiración de la Biblia es un proceso análogo a la encarnación, y no por casualidad, sino precisamente porque el modo de revelarse Dios en la Biblia prepara su encarnación.
Pero resulta que también tienes problemas para admitir la inspiración en ese sentido de acción divina realizada de manera enteramente humana... no es casual que tengas el mismo problema con esas dos realidades.
2. La conciencia de Jesús no es imaginable por ninguno de nosotros; podemos deducir la tensión entre lo divino y lo humano, pero precisamente en el hecho de que lo sentimos como una "tensión" seguramente no estamos ni cerca de comprender el modo como coexiste su conciencia divina en su conciencia humana.
La base para comprender la conciencia de los demás (incluyendo la de Jesús) es el autoconocimiento que tenemos de nuestra propia conciencia. Si me dices que te sientes culpable, o que te sientes reclamado por, o que te sientes inclinado hacia... puedo participar de alguna manera en el significado de tu conciencia a partir de mis propias experiencias de culpa, etc.
Sin embargo lo que yo comprendo es siempre mi conciencia, no la tuya, por eso es tan difícil comunicarse en ese nivel de intimidad, y realizamos continuamente tantos juicios peregrinos y precipitados sobre los demás, incluso sobre los que nos son muy cercanos.
Si quieres comprender la conciencia de un loco, fallarás por completo, precisamente porque la locura implica (entre otros aspectos) una desviación de la conciencia. Ahora piensa por un instante en el desatino de querer comprender, a partir de tu única herramienta, tu autoconciencia, la conciencia que Jesús podía tener de su divinidad, y las consecuencias de eso para su vida...
A los efectos prácticos nuestros, lo que Jesús supiera como Dios no toca nuestro mundo, ni siquiera lo toca en su discurso, cuando él nos habla no lo hace nunca desde la posición de "acepten lo que digo porque yo soy Dios".
Cuando llegamos al principio establecido por Santo Tomás acerca de la inherencia de los conocimientos divinos en la conciencia humana de Jesús (el fragmento que cita Brown) nos damos cuenta de que es lo más lógico: así tuviera toda la ciencia del mundo (y seguro que la tenía puesto que era Dios) esa ciencia sólo le era disponible, humanamente, como hombre: crecía en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres.
3. Me parece magnífico que estudies estas cuestiones, pero cuídate de no pretender una seguridad que el propio Jesús no ofreció, porque por querer alcanzar esa seguridad, te apartas del tipo de relación que Jesús propone con él:
"Quién dice la gente que soy yo? y vosotros, quién decís que soy?" Y los pasos siguientes, es decir, felicitar a Pedro por la audacia de su confesión y reconvenirlo por no poder integrar la cruz en esa confesión, son pasos que Jesús toma de cara a lo que "los demás" dicen que es él. No les impone su conciencia de sí. Seguramente porque no es expresable en lenguaje humano, sólo divino.
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«Busca a Dios, entonces hallarás a Dios y todo lo bueno.» (M. Eckhard)
Creo que fue un tal Eutiques, quien junto las dos naturalezas de Jesús, y claro esta se cargó la humana, le sobraba, pero es que Jesús, tiene las dos, y, las dos sin mezcla porque lo infinito, no se puede mezclar con lo finito
Dios, la segunda Persona, se hace hombre, asume una naturaleza humana, y, la asume como es; no infinita, porque no lo es; Jesús hombre es criatura, la naturaleza divina, es la que es; no pierde nada, al unir una naturaleza humana, pero la Biblia dice bien claro, que Jesús se hizo uno de nosotros
Que crecía, lo que indica progreso, aprender
Que llego a la perfección lo que implica que humanamente no lo era, no podía serlo
Como Dios lo tenía todo presente, como hombre había de aprender, pero al mismo tiempo, hay en él como hombre un conocimiento una vivencia de Dios especial, que forma parte de su misterio, y, algunos solucionan con un, “Jesús no tenía fe, porque veía a Dios”; y, si tenía fe, listos íbamos nosotros, Fe, Fiducia, en grado máximo, pues anda que si, no, con todas las que le hizo su Padre; porque no hay que olvidar, que no tenía una agenda, que dijes, “ah toca traición y suicido de Judas, negación de Pedro, luego crucifixión, bajada al limbo, resurrección, a las 5.45 ir al Cenáculo, a las 5.49, encuentro con Maria, luego, uf, que agobio, a las 6 con los de Emaus”
No, todo lo de comillas es falso, lo grande de Dios es que sin dejar de ser, quien es, se hizo uno de nosotros, sin trampa, un niño gestado, que lloro, al que había que cambiar pañales, enseñar a andar, un hombre que tuvo miedo, que se vio tentado
Es la mayor prueba de Amor
Un abrazo
Maite
“Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación”