Disculpe de antemano por la respuesta, pero eso que menciona me parece mercantilismo sacro, pretender cuantificar el rendimiento en gracia de una acción u otra según si la misma persona la realiza bajo el CDC o no.
Cuánta gracia le da Dios con una u otra acción tiene que preguntárselo a Dios, que es quien da las gracias, no a mí.
Ahora bien, tiene suerte de que yo no soy Dios, porque con la que me sube cuando leo cosas como estas, iba y le quitaba toda la gracia por varios años, para que aprenda. Igual Dios, que es infinitamente misericordioso le otorga de todos modos su gracia.
Aunque no está demás tener en cuenta que Jesús, ante el fariseo que hacía cálculos con sus actos de piedad, dijo que no bajó justificado a su casa... no sabemos lo que quiere decir en concreto bajar o no justificado a su casa, pero de todos modos, lo tomaría como consejo o advertencia, y no me atrevería a hacer ningún cálculo de beneficios.
Voy a corregir su respuesta, si le parece bien, porque si la pregunta es mala, la respuesta no es mucho mejor, en una cosa si estamos de acuerdo, y es que gracias a Dios, usted no es Dios. Para sus lectores vamos a enunciar esta respuesta de la forma más apropiada posible. El Señor es quien llama a sus Adoradores y los llama de forma comprometida a través de la ANE (Adoración Nocturna Española) o AEP (Adoración Eucarística Perpetua). Y ahora si, hijitos míos, donde está la acción meritoria no es en la Adoración propiamente dicha, pues insisto, es Dios quien llama, sino en la respuesta comprometida que damos a esta llamada. Luego la pregunta estaba mal planteada, porque la acción meritoria está en aceptar de Dios el compromiso en uno y otro caso. Bueno ya ve que Dios no me ha retirado su gracia, como hubiera hecho usted si hubiera sido Dios (para que aprendiera) sino que ha multiplicado su gracia por mil, esta es otra forma de aprender, pero al estilo de Dios.