erusalén, 04/11/04- El fraile franciscano español Artemio Vítores, Vicario de la Custodia de Tierra Santa, ofreció una entrevista sobre la situación en Oriente Próximo a un grupo de medios católicos, entre los que se encontraba Veritas, durante la visita de la delegación de los obispos españoles el pasado fin de semana.
-¿Cómo están actualmente los franciscanos de la Custodia de los Santos Lugares?
Artemio Vítores: Hace poco hemos terminado nuestro capítulo, y yo he constatado tres cosas: en primer lugar, cada vez hay menos personal; en segundo lugar, que muchos, especialmente los españoles y europeos se están haciendo muy viejos; y tercero, que falta personal cualificado.
Pero en líneas generales podemos decir que, a pesar de los pesares, estamos con esperanza. Para nosotros estos años han sido más de Pasión que de Gloria, y es verdad, pero la esperanza no la hemos perdido.
Y además, aquí hay que dar esperanza, aunque haya que agarrarse donde sea, contra toda esperanza, como decía san Pablo. Esta es la línea que han seguido los franciscanos durante sus siglos de historia, en momentos incluso más difíciles, porque yo, por ejemplo, he conocido la guerra del Kippur, he conocido la invasión del Líbano, la primera guerra del Golfo, con una situación más difícil que ahora. Aunque ahora no se tiene perspectiva de futuro, de saber adónde vamos.
-¿Cuál es el momento actual de las peregrinaciones? ¿Es cierto que están aumentando?
Artemio Vítores: Estos cuatro años de Intifada hemos pasado por momentos muy difíciles. Por ejemplo, lo triste que era ver Casa Nova, nuestra casa de peregrinos, con dos personas, o ir al Santo Sepulcro y no ver a nadie.
Y eso ha creado incluso situaciones de crisis entre los frailes, no por el aspecto económico, sino sobre todo por el aspecto de decir: ?¿qué hago yo aquí?? Le preguntaba yo a un fraile en Tabga, al lado del Lago de Tiberiades: ?¿Cuántos peregrinos han venido hoy?? ?Dos?. Si uno es un estudioso y le gusta leer, pues pasa, pero si no te gusta, entras en crisis, te preguntas: ?¿Pero qué hago aquí yo? ¿Guardián de piedras ?muy interesantes, pero siempre piedras-??
Luego ha habido un movimiento (y en eso creo que hay que reconocer el papel de las Conferencias Episcopales, que se están moviendo un poco, la italiana sobre todo, pero también la española), que yo defino como ?venir a visitar a un enfermo?. Sabemos que un enfermo no se cura con una visita, pero al menos le das ese sentimiento de solidaridad, de apoyo, y creo que eso es muy importante. Aparte del aspecto económico, que da la posibilidad de dar trabajo a tantísima gente, pero sobre la solidaridad, que los cristianos de aquí vean que los cristianos del mundo piensan en ellos.
Porque el drama de los cristianos, muchas veces es ese. Se dan cuenta de que, si hay aquí un problema con un judío, todo el mundo judío se vuelca hacia Jerusalén. Los países árabes, por su parte, están volcados hacia la causa palestina. En el mundo cristiano, sobre todo a nivel de naciones, como España, Italia o Francia, el tema del cristianismo no ?resuena?. Los cristianos de aquí se preguntan: ?bueno, esas naciones ¿no son cristianas? ¿No les importa nada el cristianismo de Tierra Santa, lo que significa para el mundo cristiano Tierra Santa?? Y eso les crea una crisis.
Las peregrinaciones, como en este caso la de los obispos, es un modo de ir a visitar un enfermo y decirle: ?estamos contigo, te apoyamos?. ¿Por qué está enfermo? Porque Tierra Santa se queda sin cristianos. Si no hacemos algo, si no ayudamos, como han hecho los frailes, construyendo casas, dando trabajo, las escuelas, etc. para que la gente se pueda quedar, aquí dentro de poco nos quedaremos sin nadie.
-¿Qué más problemas, aparte del económico, empuja a los cristianos a irse?
Artemio Vítores: El cristiano en general es palestino, aunque haya cristianos de origen judío. Y esta es la razón por la que se encuentra a menudo en situaciones difíciles. Para los musulmanes, son en cierto modo traidores. No son musulmanes, por lo tanto les tachan de ?cruzados?, ?servidores del sionismo?, ?servidores de Bush? o ?quinta columna?, por hablar en términos políticos. Para los judíos, son palestinos, y por tanto, enemigo que está enfrente. Para el mundo cristiano occidental, no son nada.
Yo cuantas veces, hablando con exponentes de la política, con ministros españoles etc. les pregunto: ?Pero ¿por qué no ayudáis a los cristianos?? La respuesta que dan los políticos es: ?Nosotros ayudamos a los palestinos?. Pero no se dan cuenta de que, en las altas esferas palestinas, que es adonde llega el dinero, son todos musulmanes. A las esferas de abajo no llega nada. Entonces, con la ayuda cristiana los musulmanes se hacen fuertes, con la ayuda americana los judíos se hacen fuertes, y los cristianos quedan siempre en minoría, recibiendo bofetadas por las dos partes.
Creo que la Iglesia tiene que tomar conciencia de esto. Por ejemplo, cuando ocurrió el asunto de Belén (los terroristas palestinos atrincherados en la Basílica), generalmente la Iglesia tomó poca conciencia. Aquí estoy hablando de episcopados, de conferencias episcopales.
El único que tomó verdaderamente conciencia fue el Papa, que hasta llamó por teléfono a la Basílica. No reaccionaron a tiempo, no se dieron cuenta de lo que significaba eso. Aquí no se trataba solo de un grupo de frailes, se trataba de salvar el corazón del mundo cristiano. Belén es algo que tenemos todos en lo profundo de nuestro corazón, todos hemos nacido en Belén, en cierto modo.
Esa experiencia de lo que significa Belén es lo que empujó a los frailes a impedir que se produjera derramamiento de sangre, que se enfrentaran, y se salvó la humanidad, los derechos humanos a través del diálogo y no de la confrontación, utilizando medios que podían haber sido terribles.
En ese sentido, las conferencias episcopales en general no reaccionaron bien. El Papa reaccionó muy bien. Ahora ha habido un movimiento de vuelta, de tomar conciencia, y creo que se ha emprendido un camino muy importante, y a ver si se sigue.
-¿Sigue habiendo esperanza para la paz en Oriente Próximo? ¿Cuál es su punto de vista al respecto?
Artemio Vítores: Todos habéis visto el muro, ¿no? El muro es una realidad, pero es también un símbolo, una realidad tangible de un muro que existe, que se está creando entre las dos sociedades, palestina e israelí. El muro del odio que se está infiltrando cada vez más. Yo tengo poca esperanza, a pesar de ser fraile, a pesar de que como cristiano y como fraile soy un hombre de esperanza.
Creo que será difícil que esto se solucione en breve, necesitaremos más de una generación para solucionar este problema del odio, que es como decía san Pablo: Cristo, con su muerte y su resurrección, derribó el muro que separaba a los judíos de los paganos, y ese muro es el odio. Y se ha creado bastante odio, porque se han radicalizado mucho ambas partes.
Voy a contar una anécdota que me pasó a mí en San Salvador, donde yo era hasta hace poco el superior. Estaba trabajando un grupo de judíos metiendo los teléfonos e internet. Y en un pasillo había un grupo de palestinos que estaban arreglando las habitaciones. En un momento se pusieron a hablar el director del grupo judío con el del grupo palestino, que era cristiano. Yo me acerco y digo: ?Veis, qué fácil es hablar entre judíos y palestinos?. Y me dice el judío: ?Con éste se puede hablar, pero con los de la yihad y los de Hamás, no se puede hablar. Ellos sólo piensan en una cosa: en matar a mis hijos y a los de éste?.
Esta anécdota pone de manifiesto dónde vamos y en qué situación estamos. ¿Hay que tener esperanzas para la paz? Pues sí, siempre. Pero hay que luchar mucho. San Francisco decía a los frailes: ?vosotros no hagáis ni peleas ni disputas, estad al servicio de todos, mostrad con la vida que sois cristianos y ayudad en lo que podáis?. Es el camino que tienen los frailes y es el que ha funcionado.