Estimado Juan: le hare una primera respuesta muy breve y formal, pero luego me gustaría desarrollarla un poco, aunque con lo primero sea suficiente.
Respuesta breve y formal: por supuesto que el precepto se satisface con una única misa en el día, no con una por cada "celebración de precepto" que concurre en el día litúrgico.
Ahora bien, dicho esto, es bueno aclarar lo siguiente: en un mismo día litúrgico no concurren varias solemnidades, el domingo no es Inmaculada Concepción Y Segundo Domingo de Adviento. Debería ser, por precedencia litúrgica, Segundo Domingo de Adviento, y quedar desplazada la celebración de Inmaculada (que tiene un rango un poco menor) al lunes 9; pero en atención al arraigo de la tradición inmaculista en España y en muchos de los países hispanos, el Dicasterio para el culto autoriza a las conferencias episcopales que lo soliciten a sustituir el Domingo Segundo de Adviento por la solemnidad de la Inmaculada.
España, Argentina, Chile, Colombia, y seguramente algunos países más (pero, por ej., no Venezuela, Ecuador, Perú, Bolivia, México), optan por este permiso, y así, cuando Inmaculada cae en domingo, sustituyen el domingo II por Inmaculada. Es una sustitución: no concurren dos solemnidades sino solo una, aunque se deja constancia de la solemnidad desplazada a través de algunas evocaciones: la segunda lectura debe ser la del Domingo II Adv, una petición de las oraciones de los fieles debe hacer referencia a este domingo, y la oración conclusiva de las peticiones de los fieles debe ser la colecta del Domingo II Adv. Asimismo en la homilía debe haber alguna alusión a él.
Así que, como puede ver, no se superponen dos días litúrgicos distintos de modo que haya que "cumplir" con dos preceptos...
Pero además, y disculpándome de antemano por meterme en su vida sin conocerlo, me gustaría que reflexione un poco sobre esto de "cumplir el precepto". Es cierto que la Iglesia manda participar en misa "los domingos y fiestas de guardar", pero también que debemos poner de nuestra parte para que participar en la misa no se reduzca a cumplir un precepto; y en ese sentido me llamó la atención el lenguaje de su pregunta: "asistí el viernes, y asistí el domingo"... desearía que su participación sea más que una asistencia, sea una verdadera comunión con el Dios que no nos llena una ficha de cumplimiento ni marca una x en ningún casillero, sino que simplemente aguarda tras la puerta, llamando, y al que le abre, entra en su casa y cena con él (Apoc 3,20).
No quisiera que entienda esto con un tono paternalista, como si yo creyera que tengo una mejor participación en misa que Ud. No lo sé, puesto que no lo conozco, sólo que me apena cuando algunos cristianos "van" a misa, pero se pierden gran parte del caudal de gracia que tiene la celebración, simplemente porque están encerrados en asistir y cumplir. Quizás (y es lo que deseo), no sea su caso.
En todo caso no estaría de más que hablara con algún sacerdote de espiritualidad profunda, personalista, sobre cómo engarzar el "cumplimiento del precepto" en una visión más amplia que la simple "asistencia" a una celebración.
Y le vuelvo a reiterar mis disculpas si me metí en su espíritu sin conocerlo, no es ese el sentido de este escrito, cuyo destinatario, por lo pronto, permanece anónimo.