SENDAI, 20 Abr. 11 / 05:01 am (ACI)
La pequeña comunidad católica que habita las diócesis de la costa este de Japón, azotadas por el sismo y tsunami del 11 de marzo pasado, vivirá la próxima Semana Santa con la máxima normalidad posible y dedicará los distintos servicios religiosos a las víctimas de la tragedia.
Desde la diócesis de Saitama (Japón), la religiosa María Matilde Núñez de la Congregación de Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento relató a ACI Prensa que los católicos japoneses que habitan las zonas afectadas acudirán a las iglesias que no sufrieron grandes daños.
En Sendai, los católicos han reparado los templos para ponerlos "nuevamente al servicio de los fieles y de todas las personas que necesiten. Solamente hubo una iglesia más cercana a la costa que fue inundada por el tsunami y como la zona está abandonada, por el momento no está en servicio".
"En todas las demás parroquias se celebrará normalmente, con las personas que puedan asistir", indicó la religiosa. Otra excepción es la parroquia de Haramachi a 35 kilómetros de la planta nuclear de Fukushima.
En Haramachi, unos 20 católicos se reunían en cada Misa dominical pero según el semanario católico "Katorikku Shinbun" solo quedan cuatro feligreses en la zona.
"Las Misas y ceremonias no pueden ser al aire libre porque hace mucho frío. Pero gracias a Dios las (demás) iglesias ya pueden ser utilizadas nuevamente", indicó.
La religiosa explicó a ACI Prensa que continuamente se celebran "misas en sufragio de las víctimas y de los damnificados".
En la parroquia de San Ignacio en Saitama, se hacen colectas cada ocho días y en muchas parroquias se han organizado grupos de voluntarios.
"Desde Nagasaki hasta Hokkaido hay grupos de personas, sacerdotes, seminaristas, jóvenes y menos jóvenes que están prestando servicio y ayuda a todos esos hermanos necesitados", indicó y aclaró que "quien trabaja como voluntario debe ir vestido como todos. Así sea sacerdote o religioso debe ir vestido como un laico cualquiera. Así lo determinan las normas para voluntarios".
La religiosa agregó que a un mes de la tragedia aún no se sabe con certeza cuántos católicos fallecieron por el tsunami "porque ni siquiera podemos saber todavía cuántas son las víctimas" en general. Las autoridades estiman en 11 mil los muertos y 17 mil los desaparecidos.
El sacerdote David Uribe, superior de los Misioneros de Guadalupe en Japón, informó en un mensaje publicado por su comunidad el 10 de abril, se ha organizado "una red virtual entre los sacerdotes que trabajan en esta Diócesis, con la finalidad de actualizar la información con respecto a cada uno de los cristianos que pertenece a la misma. El objetivo de esta iniciativa se debe a que hasta este momento, mucha de la información recibida, ha sido por medio del teléfono celular".
"No se han visitado a las personas y por la tanto, a poco a poco se ha logrado constatar que algunas de ellas no han querido informar, no únicamente que han perdido muchos de sus bienes materiales, sino también que han perdido familiares al no querer reconocer que es casi imposible que después de un mes, sus seres queridos hayan sobrevivido", indicó.